Los vecinos de Arenales han exigido al Ayuntamiento que emprenda acciones urgentes para regular la prostitución callejera en el barrio y mejorar sus condiciones de vida, ya que no aguantan más las "continuas escandaleras, agresiones y tráfico de droga" en las calles Molino de Viento, Aguadulce, Pamochamoso y otras. Mientras, la Comisión de Videovigilancia se reunió ayer y se mostró partidaria del circuito cerrado de televisión en la vía pública, a falta de que la Delegación del Gobierno lo autorice.

Antonio Rodríguez Mendoza y Juan José Fernández, miembros de la asociación de vecinos Pamochamoso de Arenales, se mostraron de acuerdo con la instalación de cámaras de vídeovigilancia, pero consideran que esta medida no es suficiente y reclaman al gobierno de Juan José Cardona que apruebe una ordenanza en la que se regule la prostitución callejera. Los vecinos se mostraron muy críticos con la decisión del PP de rechazar en un pleno una moción del PSC en la que pidió que se creara una comisión, formada por políticos vecinos y otros sectores, de cara a redactar una ordenanza de convivencia ciudadana.

Rodríguez aseguró que los vecinos están "tan desesperados" por el deterioro de la convivencia que está generando la prostitución callejera, que además de presentar denuncias ante el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno han acudido al Diputado del Común.

El Diputado les remitió el pasado mes de noviembre un informe de la Policía Nacional en el que la unidad informa de que se abrieron el pasado año 133 actas por tenencia y consumo de drogas y se realizaron 166 intervenciones por diversos delitos y 39 detenciones, así como 326 requerimientos por diversos tipos de faltas y delitos.

Antonio Rodríguez recordó que la asociación lleva varios años denunciando el incremento de la prostitución callejera y añadió que esta actividad ya "supera los límites de la normal convivencia. El crecimiento de esta actividad ha ido acompañada de otros escándalos públicos, agresiones y tráfico de droga". Por el contrario, se quejan de que "disminuye la protección, así como a los menores, tanto los residentes como los que acuden a los colegios, que a veces tienen que presenciar espectáculos no aptos para sus cortas edades".