"Los técnicos municipales lo que hacen es cumplir con la legalidad vigente para evitar demandas posteriores como la de la Biblioteca Pública del Estado". El edil socialista Mauricio Roque defendió ayer el trabajo de los funcionarios de Urbanismo a los que el Club Natación Metropole acusa de impedir que la entidad reforme sus instalaciones. Roque apoya los reparos urbanísticos que impone el Plan General de Ordenación de Las Palmas de Gran Canaria (PGO) -en su último trámite de aprobación-, pero se pregunta qué fue lo que prometió el alcalde Cardona antes de llegar al gobierno a la histórica entidad deportiva para que vuelva a saltar la polémica.

Roque insistió en que los técnicos no trabajan con otra directriz que no sea la legalidad vigente. Es decir, el PGO. "Si se pueden cumplir sus legítimas aspiraciones, estupendo. Y, si no se puede, habrá que cambiar la idea. Pero lo que no se puede hacer es cambiar las normas para cada persona".

El edil añadió que en el PGO que se tramita actualmente ya se recoge que se debe mantener esa "construcción amable" que existe en Ciudad Jardín, donde se encuentra ubicado el Metropole desde 1965. Y que el proyecto de reforma que presentó el Metropole al Ayuntamiento en el 2007, y que fue desestimado, no concuerda con la edificabilidad y volumen que se pide para esa zona de la ciudad. "El 90% del proyecto está aprobado. Lo que subyace como problema es la entrada al club que hace de pantalla al mar". El edil reivindica que no sólo los edificios y los espacios naturales estén catalogados como Bienes de Interés Cultural sino también los entornos.

El ex director de Gobierno de Urbanismo en la anterior legislatura socialista, Carmelo Padrón, y que planteó al Club que se trasladaran al Frente Marítimo, se manifestó ayer en los mismos términos. "No hay predisposición negativa, ni de los técnicos, ni de los políticos. El Metropole quiere hacer una intervención incompatible con el planeamiento". Padrón añadió que nada impide que en el PGO se haga una "ordenación específica" a esa parcela como se han hecho con otras de la ciudad como, por ejemplo, la supercomisaría. Aunque se cuestiona cuál de los dos intereses debe primar en este caso. Si el "bien interés público" del municipio o el de una institución privada que ha venido desde décadas apoyando el deporte. Él también se pregunta "¿qué es lo que pasa para que el PP no atienda las reclamaciones del Metropole en los términos específicos en los que dice el PGO?"

Una de las respuestas a esta pregunta la da el gerente del Club, Luis Nantón. "No queremos que se nos conceda una ordenación específica, porque si el día de mañana queremos abrir una puerta a la Avenida Marítima no podremos". El Club no quiere concesiones particulares. Acaba de presentar alegaciones contra el PGO e insiste en que acudirá a los tribunales si no atienden su demanda de tratarles como una "parcela deportiva".

El proyecto de reforma y ampliación del Metropole motivo de polémica fue ganado por Además Arquitectos tras un concurso público en el 2006. El Metropole quería reorganizar los espacios para facilitar la accesibilidad a los socios además de cumplir con la normativa higiénico sanitaria. La entrada de acceso al Club es la parte que plantea más problemas ya que pasaría de los 6 metros actuales a los 15, y se convertiría en el edificio central del Club llegando hasta el lindero con la Avenida Marítima. Urbanismo no permitió la licencia porque con la reforma que se quería realizar en todo el Club se alcanzaban "unos valores ocupacionales del 38,17% y de edificabilidad de 0,209 m2/m2". Una ocupación muy superior a la que permite el PGO: un 10%.