El tiempo y la marea se portaron y San Cristóbal volvió ayer a hacer honor a su tradición marinera, durante una jornada que estuvo volcada en cuerpo y alma en el mar. Fueron miles las personas que se acercaron por el barrio a lo largo de la mañana, pero sólo un centenar de personas se apuntó, desde media mañana, a las excursiones gratuitas en barcas y zodiacs que organizó el Ayuntamiento de la capital grancanaria para dar a conocer los nuevos fondeaderos que se han instalado en La Laja y que ya están listos para ser usados por cualquier embarcación de menos de 12 metros de eslora.

Unos cinco barcos y dos zodiacs cedidos por el Real Club Náutico y patrones de Vela Latina, como Antonio Cabrera, del Roque Nublo, se encargaron ayer de llevar en pequeñas excursiones a todo aquel que quisiera. Entre ellos, Diego, un enano de tres años y medio, que ayer hizo su primera excursión marítima. A los padres les costó convencerlo para que subiera a la zodiac, pero una vez sentado en la barca, le desapareció la cara de susto. Como Diego, muchos pudieron contemplar por primera vez la ciudad desde el mar.

A la fiesta náutica se sumaron piraguas, kayaks, padles surf y buceadores que realizaron bautizos y vendieron sus artículos en el mercadillo de material de pesca y buceo. Alejandro Lemos, director comercial del centro de buceo 7 mares, uno de las cuatro escuelas legales que hay en la capital, advirtió de la proliferación de centros ilegales. El centro de Lemos imparte cursos básicos de tres horas, a 60 euros, en los que la gente puede averiguar si les gusta el mundo submarino. En ese caso, por 300 euros puede aprender en una semana lo necesario para bucear en cualquier parte del mundo. Lemos destacó las actividades organizadas por la concejala de Ciudad de Mar, Mimi González, contribuyen a que la gente deje de darle la espalda al mar y tenga una visión diferente de las actividades náuticas. "Somos un pueblo que vive de espaldas al mar", dijo, pese a que "estas actividades pueden beneficiarnos mucho no sólo a nosotros, sino al sector turístico".

José Valencia, vicepresidente del Club Náutico, puso a disposición del festival, que continúa hoy, dos barcos de vela y dos zodiacs. Todo el que quiso pudo tomar nociones rudimentarias de lo que es un barco y como se coge el timón. Valencia valoró muy positivamente la puesta en marcha del fondeadero de La Laja, al que acompañará en breve otro en El Confital. "La gente que tiene barco no puede fondear en ningún sitio, salvo en Alcaravaneras. Hace muchos años se fondeaba por El Sebadal", pero con la ampliación del Puerto de La Luz, esa zona se perdió. "A la gente le gusta tener un sitio donde fondear para darse un baño, comerse la tortilla y tomarse una cerveza. Para nosotros es muy importante fomentar que la gente navegue", explicó Valencia.

Los pescadores de San Cristóbal también se sumaron a las jornadas, con la venta de pescado fresco en la lonja, que hoy también permanecerá abierta para todo el que quiera saborear un buena salema fresquita, unas cabrillas o una vieja.

Juan, un vecino del barrio, compró por 2,60 euros una bolsa de caballas fresquitas. "Con esto vamos a comer cuatro personas. Las frío y ya tenemos el almuerzo", indicó.

Los pescadores capturaron ayer unos 400 kilos de pescado para ponerlo a la venta, según explicó Aurelio Saavedra, presidente de la cooperativa de San Cristóbal, quien aseguró que "más fresco y más barato que aquí es imposible que encuentren el pescado. Estamos usando esta experiencia como una prueba y si funciona, vamos a abrir la lonja todos los fines de semana, si la gente responde".

Poco después del mediodía, los restaurantes, que sacaron sus barras a la calle, se llenaron de clientes, que acudían al olor de los platos marineros. La fiesta continúa hoy con las excursiones marítima y el resto de actividades.