La ciudad contará en unos meses con una residencia privada para acoger a estudiantes europeos que vienen a Las Palmas de Gran Canaria a cursar algún programa de intercambio, doctorado o máster en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). La residencia se abrirá en el barrio de Guanarteme, una de las zonas de la capital que más se ha beneficiado del flujo de universitarios foráneos atraídos, principalmente, por la cercanía de la playa.

La residencia comunitaria de estudiantes -como así reza el letrero de obras- está situada en la calle Perú, entre las vías Simancas y Secretario Padilla. El edificio, de cuatro plantas, lo construye la empresa Obras y Construcciones Sánchez Moreno SL sobre un solar que estaba sin edificar. El proyecto de la residencia ha sido diseñado por el estudio GVA Arquitectos.

El inmueble, cuya propietaria es Promociones Urbanísticas Canarias SL, tiene fachada tanto para la calle Perú como para El Salvador y es probable que esté terminada después de las navidades.

Ya existe una residencia de estudiantes foráneos en el mismo barrio de Guanarteme. En concreto en la calle Gravina, donde se ubicaba una antigua residencia estudiantil pública, aunque más que de residencia se trata de apartamentos.

La afluencia de universitarios extranjeros en la ciudad es un hecho desde hace más de una década. Sólo en este curso han llegado a la Universidad grancanaria 700 jóvenes, cien más que el curso pasado procedentes de Europa, América Latina y Asia.

Uno de los programas de intercambio más conocido es Erasmus, el que más universitarios foráneos trae a la ciudad cada curso. El programa Erasmus nació en 1987 dentro de la Unión Europea, cuando la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ni siquiera había nacido. Veinticinco años después, la ciudad es uno de los destinos más demandados detrás de Granada, Barcelona y Salamanca para los jóvenes universitarios que siguen este programa.

La llegada de estudiantes foráneas a la ciudad supone un beneficio económico aún sin estudiar en diferentes sectores como son el alquiler de viviendas, la alimentación, el transporte y los servicios, entre otros ámbitos. Por eso muchos aplauden su llegada a pesar de los problemas de ruidos que algunos políticos les han adjudicado con las fiestas que organizan los fines de semana en muchos puntos de la capital, especialmente en el Puerto, un problema de convivencia ciudadana en la que también se ven implicados jóvenes canarios. Para atajar este problema el Ayuntamiento, los locales de copas y la propia Universidad están interviniendo con información sobre las multas que puede generar hacer ruido a partir de altas horas de la noche.

Numerosos locales de copas así como escuelas de surf y otro tipo de negocios han florecido, sin embargo, al amparo de esta nueva clientela, sobre todo en barrios como Guanarteme, donde se instalan cientos de estos jóvenes atraídos por la playa y por la posibilidad de practicar algún deporte náutico.

"Rooms for rent. ¿Quieres una vivienda con mucha personalidad? ¿Habitada sólo por estudiantes y profesionales? Ideal para Erasmus. Hilo musical. Wi-fi. 24 horas de videovigilancia. A 50 metros de Las Canteras. Precio 327 euros". Es uno de los anuncios que se puede leer en una parada de guaguas de Mesa y López.

Narayán Arencibia, consejero de la Asociación de Estudiantes Europeos-Las Palmas (Aegee), una red estudiantil que acoge a 13.000 universitarios de 40 países, explica que los estudiantes foráneos suelen buscar pisos para compartir por el centro histórico y por la playa. "Buscan vivir en Vegueta o junto a la playa ya que las residencias universitarias tradicionales están fuera de la ciudad además de que no tienen hueco para ellos", añade.

La organización estudiantil organiza distintas actividades a lo largo del año para que los universitarios que llegan conozcan la Isla, su cultura y tradiciones a fondo, convirtiéndose casi en una embajada de Gran Canaria que también ayuda a encontrar piso o a poner en contacto a los universitarios.

La media de renta que suelen pagar estos jóvenes es de unos 300 euros por una habitación en un piso compartido, con todos los gastos incluidos. En el caso de los Erasmus, por ejemplo, los universitarios cobran una beca que complementan con otra de sus propias universidades. Pero el dinero que reciben no les permite hacer muchos gastos extras.

El presidente de la asociación en Europa, Luis Alvarado, un joven de Las Palmas de Gran Canaria que lideró hace unos años Aegee-Las Palmas, explica desde Bruselas que los estudiantes Erasmus son una "fuente de ingresos para la ciudad", pero es importante "que las administraciones y la Universidad también se aseguren de que la estancia de estos estudiantes se aprovecha al máximo".

"Muchas veces vemos casos de estudiantes Erasmus a los que no se les incluye ni se les motiva a participar en las clases, o no se les ayuda a adentrarse y sumergirse plenamente en la cultura. Aquí es donde organizaciones como Aegee-Las Palmas tienen un papel fundamental, en la integración. Pensamos que es solo el Erasmus que viene de fuera el que disfruta de la experiencia, pero de lo que no nos damos cuenta es de la oportunidad que significa que estos estudiantes vengan de fuera para nuestros propios estudiantes", apunta.

Para Luis Alvarado, "las ciudades que sacan mayor partido a los Erasmus son aquellas que les han integrado perfectamente".