De la gran cabalgata del carnaval, de un día de compras en el Puerto y de alguna que otra excursión en el sur y centro de la Isla. El pasaje del Thomson Majesty, el crucero que sufrió el domingo en La Palma un accidente en un simulacro en el que resultaron muertas cinco personas, disfrutó ayer de un día de ocio y diversión en la capital grancanaria ajeno a la desgracia acaecida hace ahora una semana.

La embarcación, con 215 metros de eslora, 1.100 turistas ingleses a bordo y una tripulación de 550 miembros variopinta y compuesta por filipinos, egipcios, tunecinos, ghaneses, ucranianos, búlgaros y súbditos de otras nacionalidades, atracó sobre las nueve de la mañana en el muelle de Santa Catalina tras unas cuantas horas de travesía entre Santa Cruz de Tenerife y la capital grancanaria.

En La Luz, el navío realizó las habituales labores de avituallamiento en las que no faltaron la adquisición de agua, comida y combustible para proseguir con una ruta que ahora llevará a sus clientes nuevamente hasta La Palma para, desde ahí, poner rumbo a Funchal (Madeira), Agadir (Marruecos), Arrecife y cerrar el circuito en la capital tinerfeña, donde está su base.

La tranquilidad era ayer por la tarde la nota predominante en este hotel flotante de bandera maltesa. De hecho, ninguno de los pasajeros que al filo de las 18.00 horas retornaban al mismo tras deleitar la mirada con las primeras comparsas que encabezaban la cabalgata y que a esa hora alcanzaban el nudo viario de Torre Las Palmas consultados por este rotativo conocían la desgracia que se había cebado con el barco unos días antes. Entre otras cosas, porque todo este pasaje había embarcado el pasado viernes en Tenerife, cinco días después del suceso que costó la vida a cinco tripulantes, uno de ellos un ingeniero de segunda categoría. Sólo la ausencia a estribor del bote número 9 -que cayó al océano desde 20 metros de altura con las víctimas a bordo- y del número 7, anexo, daban cuenta de la desgracia. La investigación sigue su curso en La Palma. Y anoche el Majesty prosiguió su viaje.