El juicio contra dos ciudadanos marroquíes acusados de matar a un conserje jubilado del Cabildo y de encubrir el crimen comenzó ayer con los informes iniciales de las partes en la Audiencia Provincial de Las Palmas. "Lo mató de una manera cruel, a golpes con un martillo y con un palo", sostuvo la fiscal Eva Ríos ante el jurado constituido para enjuiciar los hechos. "En mi conciencia no hay pruebas incriminatorias", replicó Juan Betancor, abogado del principal acusado, Abdechak C., que se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel por un delito de homicidio.

Y es que los alegatos de la acusación y defensa vaticinan un duro enfrentamiento dialéctico en las próximas sesiones del juicio, que continúa hoy con las declaraciones de los dos procesados. La fiscal reclama otros tres años de prisión para Fátima A. B. S. por ayudar supuestamente a su compatriota a deshacerse del cadáver.

Esa tensión se palpó ayer, principalmente porque los investigadores no han hallado el arma homicida ni el cadáver de la víctima. Eso espoleó a la defensa para tirar de ese cabo suelto y cuestionar una investigación policial que la fiscal tachó minutos antes de "impecable". Betancor, que apeló a sus 15 años de inspector, también aludió al crimen de Cuenca y las telenovelas de sobremesa. Lo hizo con la intención de que los 11 miembros del jurado no vieran en Abdechak C. al autor de un crimen pasional, sino a un inocente injustamente acusado en un caso de tráfico de drogas. Ese, y no el amor, dijo el letrado, es el "móvil del crimen" de Fermín Ortega, un antiguo empleado del Cabildo que completaba su paga de jubilado con trabajos esporádicos en casas de particulares. "No hay ninguna prueba directa. No vengo a defender a ningún asesino, sino a pedir disculpas por un desaparecido", concluyó el defensor en el inicio de la vista.

Unas conclusiones provisionales que están en las antípodas de las formuladas por el Ministerio Público. La fiscal admite que no existen pruebas directas contra los acusados, pero sí "muchísimo" material indiciario, hasta el punto de que el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) encontró restos de sangre de la víctima en casa del principal imputado.

Ríos considera que Abdechak C. mató a Fermín el 20 de abril de 2011. Lo hizo "por celos", pues Fátima, la presunta encubridora, había roto con él y se disponía a mantener una relación con el jubilado, una ruptura que el procesado "no aceptó". Por ese motivo trazó un plan para acabar con su vida. Lo llamó desde la cabina de un locutorio para no dejar rastro de la comunicación; luego le invitó a su vivienda para que le arreglara una lavadora, y finalmente lo mató el día que el Barcelona y el Madrid jugaban la final de la Copa del Rey. ¿Por qué? Para aprovechar que las calles de La Isleta estaban vacías y poder sacar el cadáver de su casa sin levantar sospechas, expuso la fiscal en su intervención.

El otro abogado defensor, José Domingo Guerra, rechaza que Fátima interviniera en el plan homicida e interesa su absolución. "Ella estaba interesada en Fermín Ortega", subrayó.