Los servicios de urgencias del Hospital Insular carecían de ecógrafo para realizar la intervención que le causó el ictus cerebral a José M. T., un pensionista que reclama al Servicio Canario de Salud 789.000 euros por el error médico cometido en esa operación.

Así lo ha reconocido durante su declaración judicial la doctora que atendió al paciente. José M. T. ingresó en junio de 2011 en el Insular por una neumonía leve, pero sufrió un infarto cerebral porque una médico de urgencias le colocó un catéter en la arteria carótida en lugar de en la vena yugular, lo cual obstruyó el flujo de oxígeno hacia la cabeza del paciente y le causó graves daños cerebrales.

Según los abogados demandantes, Adolfo Aguirre y Fabián Carosso, esa negligencia se podía haber evitado si se hubiera realizado una ecografía a tiempo real para comprobar que se estaba colocando la sonda en la canalización adecuada, pero la doctora reveló en la vista celebrada el pasado martes en el Juzgado de lo Contencioso número 1 de Las Palmas de Gran Canaria que Urgencias no disponen de esos aparatos.

La doctora aseguró que sí se hizo una radiografía de control posterior, pero al no verse bien no apreció que el catéter estuviera mal puesto. También dijo que no apreció nada extraño en la sangre cuando canalizó la arteria en vez de la vena del cuello, aunque finalmente reconoció que se equivocó de canalización, entre otros motivos porque la propia inspección del Servicio Canario de Salud (SCS) establece en su informe que existió un "error médico involuntario".

La discrepancia entre Sanidad y los demandantes está en la indemnización a pagar, pues el SUC la cuantifica en 48.178 euros y la familia del perjudicado reclama 789.127 euros.