La virgen de Los Dolores y el Santísimo de la iglesia de Los Dolores, de Schamann, podrían contar en un futuro con una capilla si prospera el proyecto de construcción de dos oratorios, que ayer presentó el párroco Fermín Romero a los fieles del barrio. La propuesta solo será una realidad si los feligreses y el Obispado aceptan el proyecto, que no tiene aún partida presupuestaria.

El arquitecto del proyecto Marcos Medina González fue el encargado de presentar ante un grupo de vecinos la iniciativa en el mismo templo, construido a finales de la década de los 50 por el arquitecto catalán Joan Margarit Serradell (1908-1977).

La propuesta parroquial va, sin embargo, más allá de la mera construcción de dos capillas para Los Dolores y el Santísimo, que actualmente se encuentran en un habitáculo acristalado a la entrada de la iglesia - Los Dolores- y en un lateral del templo -el Santísimo-. El proyecto contempla, además, la construcción de espacios polivalentes y la rehabilitación del campanario, que se encuentra bastante deteriorado. Así lo señaló el propio arquitecto, director de Myc Arquitectos, horas antes del comienzo de la conferencia, que se incluyó dentro del programa de actos religiosos con motivo de las fiestas de Los Dolores, que se inician el viernes.

El párroco dijo que se trata de un proyecto que vendría a "engrosar y aumentar la funcionalidad de la parroquia y de su servicio interparroquial".

Medina explicó que el encargo tiene como objetivo convertir a la iglesia en un lugar de encuentro tanto para los feligreses como para los propios vecinos sin modificar por ello la estructura del edificio y de aquellos elementos singulares del mismo. "Al contrario, se potenciarían", puntualizó el arquitecto.

Las dos capillas, de 30 metros cuadrados cada una de ellas, estarían a la altura del altar mayor. A la derecha, según se entra el templo, estaría el Santísimo, y, a la izquierda, la virgen de Los Dolores. Ambos espacios se han concebido como un lugar de recogimiento, recubierto con elementos de madera ligera y con apertura hacia el exterior para que los fieles puedan contemplar la imagen sin entrar en el templo o ésta pueda sacarse del mismo sin problemas.

En la parte trasera de la iglesia, se ubicarían las salas polivalentes que servirían para el archivo, sala de catequesis así como para otros usos tanto de la comunidad parroquial como vecinal.

El nuevo espacio, que ocuparía 300 metros cuadrados, iría en sustitución del que ya cuenta la iglesia, pero que no reúne condiciones además de aprovechar el resto del patio. Las salas polivalentes seguirían estando bajo el rasante de la calle Los Ayacuchos, recubiertas con una cubierta vegetal que daría continuidad al templo con los jardines adyacentes. La luz exterior entraría a través de lucernarios.

La tercera intervención que se contempla en el templo es la recuperación del campanario, bastante deteriorado porque ha sufrido varios incendios desde su construcción y desde hace años no se utiliza. El proyecto contempla que la torre, que ésta separada de la iglesia pero unida por una especie de arco, pueda ser utilizada de nuevo como escenario para la ceremonia del bautismo, tal y como lo contempló Margarit. Una idea muy vanguardista para la época.

El responsable del proyecto arquitectónico subrayó que el estado general del edificio "es bueno" para llevar a cabo la reforma y que la única problemática que presenta es la edificación añadida a la parte trasera de la iglesia y la torre.

Medina, que no quiso hablar del coste de la reforma, ya que un proyecto que tiene que tener el visto bueno del Obispado y de los feligreses dijo, sin embargo, que se trata de un proyecto ""ambicioso" y que por ello se ha dividido en varias fases para que, en función del presupuesto que se tenga, se pueda abordar.

Respeto al templo

La iglesia de Los Dolores de Schamann fue construida en 1959 por el arquitecto catalán Joan Margarit Serradell, que por azares de la vida llegó hasta Gran Canaria, donde llegó a ser arquitecto municipal de la capital. El templo fue muy vanguardista para la época tanto por ser un solo cuerpo como tener una torre fuera del edificio. También por el significado de su estructura. Las paredes onduladas simulan las olas y el techo tiene la forma de una quilla de barco. Además hay que destacar el mural del pintor Jesús Arencibia y de las esculturas de Juan Márquez, del exterior. El arquitecto del proyecto puntualizó que la intervención respetará al máximo a Margarit.