Cientos de grancanarios dieron la bienvenida al Año Nuevo con sus mejores deseos y propósitos ayer en la playa de Las Canteras. Algunos optaron por dormir la mona en plena arena, otros aliviaron su resaca con el primer bañito del año en aguas capitalinas, y otros simplemente pasearon o comieron en compañía de los suyos en los establecimientos de primera línea de playa. Desde primera hora de la mañana los más madrugadores reservaron un espacio con su toalla y algunos aficionados al surf cogieron las primeras olas del 2015 en la zona de la Cícer, bajo un cielo prácticamente despejado y con el mercurio marcando 22º grados. Casi todos los entrevistados coincidieron en pedir salud y trabajo, que no se llegan a valorar hasta que se pierden.

Una de las personas que no faltó a su paseo diario fue Dolores Chávez. A sus 91 años, esta vecina de Las Palmas de Gran Canaria conserva la energía que heredó de generaciones pasadas, como su abuela que falleció con más de un siglo de vida. "Me tomé mis vinitos para brindar, pido salud y bienestar al 2015", comentó la nonagenaria. Chávez estuvo acompañada por su hija Carmen Elías, que deseó que prospere la academia de baile moderno y canto que estableció hace poco en Lomo Los Frailes. Por su parte, una amiga de la familia, Noemí Rodríguez, pidió trabajo para salir del paro, y en ningún momento perdió la sonrisa.

Pedro Cabrera, un investigador lanzaroteño de ingeniería en la ULPGC, quiere que se desarrolle el sector de las energías renovables en este presente año. "Quiero mejorar en mi profesión", explicó este joven entusiasta, que despidió 2014 con sus dos hijos y su padre Pedro. "Deseo que al menos todos los jóvenes consigan un puesto de trabajo", comentóCabrera. El matrimonio formado por María Ángeles Lecuona y Antonio Santana también disfrutó de una fiesta hogareña. "Uno no se puede quejar, tengo salud y trabajo", comentó la asesora laboral. "Pido para este año disfrutar más tiempo con la familia", explicó Santana.

Otras personas como Aaron Suárez, estudiante de Periodismo, quiere terminar la carrera y después viajar a Tokio con su hermana Asenet. "Es un viaje que tenemos ahí pendiente desde hace tiempo, pero la niña no se anima", señaló Suárez. Al final este joven de 21 años decidió no salir y quedarse con su gente para recibir el año con traquilidad.

Vallisoletanos de cuna, pero canariones de adopción desde hace 15 años, Teresa Alonso y Luis Díez también optaron por celebrar la entrada y salida de año en casa cerca de los suyos. Ambos desearon el bienestar de sus hijos y que ni la salud ni el trabajo falten. "Deseo que le vaya bien a mis hijos, sobre todo, al mayor que está estudiando la carrera fuera", indicó Alonso. "Hay que tener optimismo de cara al 2015, va a ser un buen año", subrayó Díez.