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Entrevista. Abogado

Israel Rodríguez Rodríguez: "La presión fiscal que se le carga al Puerto afecta a la cesta de la compra"

"La revisión del valor catastral de la ciudad no va a afectar, en un principio, a la actividad portuaria", indica el asesor fiscal

Israel Rodríguez, ayer, tras la charla sobre el catastro en el puerto de Las Palmas. SABRINA CEBALLOS

¿Podría resumir el contenido de su ponencia sobre el catastro en el Puerto?

Realmente lo que hicimos hoy fue una charla para comentar el impacto del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en la actividad portuaria. A raíz de la controversia que se produjo con el IBI de la ciudad, en concreto, en varios sectores y asociaciones del Puerto querían una información un poco más precisa y más técnica de cómo les podía afectar.

¿Y cómo les afecta?

La conclusión es que, de entrada, a lo que es la actividad portuaria no le va a afectar todo lo que ha pasado recientemente, porque todo el Puerto está un poco al margen ya que ya está pagando IBI, pero dentro de la categoría de Bienes Inmuebles de Características Especiales (BICE). Así que en principio no les va afectar en nada, la cuestión es que como ya están pagando el máximo posible que permite la ley no pueden empeorar.

Entonces el Puerto paga un IBI diferente, ¿no?

Dentro del IBI la ley categoriza tres tipos de bienes: los rústicos, los inmuebles urbanos normales, como pueden ser mi casa o la de cualquiera y, luego, los de características especiales como una presa, un aeropuerto, un puerto o una estación hidroeléctrica. Para ese tipo de bienes la situación es un poco más compleja. En el caso del Puerto de Las Palmas, ya desde hace años, están sometidos a la máxima presión fiscal posible dentro de este tributo. Además, las modificaciones que se han hecho recientemente solo guardaban relación con los inmuebles urbanos, no para los BICE.

¿Cuál es ese porcentaje máximo de presión fiscal?

El rango que marca la ley para los bienes normales está entre un 0,4 y 1,1%. En los BICE está entre 0,4 y un 1,3 y en este caso, el Puerto de la Luz está en ese 1,3%. Y la reflexión con la que acabamos los presentes la charla se llegó a la conclusión de que esta presión fiscal tan alta es un problema. Es decir, se pagan los impuestos normales que paga todo el mundo más todas las tasas portuarias por la ocupación, por la actividad, por los servicios y luego tienen algunas figuras impositivas como el IBI, que te las sitúan por defecto en el máximo posible, con lo cual todo va al Puerto.

¿Esto es así también en otros puertos del país?

No sé si los demás puertos están en esta situación porque no he hecho ese análisis. Pero lo que sí es cierto es que esto no se da en todos los puertos, sino en aquellos que se consideren comerciales, que son los de titularidad estatal. Pero, por ejemplo, esto no afecta a otros puertos menores.

¿Se debatieron otras inquietudes en la charla?

Se hablaron de varios problemas con las tasas, que se habían aplicado con carácter retroactivo y que parece ser es algo que se va a anular después de haber ganado en los tribunales, pero yo no soy especialista en esto. Básicamente se hablaron de estas dos cosas. Hay que recordar que la propia Autoridad Portuaria es también sujeto pasivo y también paga IBI. Es decir, todo lo que no tiene cedido en régimen de concesión, como es el dueño y no hay nadie que se esté beneficiando porque hay mucho espacio libre, lo paga el Puerto. Pero sobre todo, hay que tener en cuenta el mensaje que subyace a todo esto y del que algunos no se dan cuenta: toda la presión fiscal que se le carga al Puerto, al día siguiente, se traslada de una forma casi directa a la cesta de la compra.

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