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Las Rehoyas pide que la reforma realoje en el barrio a las 2.556 familias

La plataforma vecinal presenta su propuesta para la reposición de las casas

Las Rehoyas pide que la reforma realoje en el barrio a las 2.556 familias

Las Rehoyas y Arapiles quieren que el 100% de las 2.556 familias sean realojadas en el barrio, una vez se lleve a cabo el proceso de reposición de las viviendas, "salvo aquellas que voluntariamente quieran trasladarse a otra zona de la ciudad". Esta es una de las condiciones de la propuesta que ayer presentó la Plataforma Vecinal Rehoyas-Arapiles en el Registro del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para que sean tenidas en cuenta por el gobierno municipal. La reposición de Las Rehoyas, cuyo proyecto fue presentado a los vecinos el pasado año, tiene un coste estimado de 170 millones de euros y sigue en el aire pendiente de financiación. El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, pretende que se incluya en el próximo convenio de vivienda que se firme con el Estado.

La plataforma ha hecho una propuesta paralela al proyecto municipal, tras recoger las sugerencias de los colectivos sociales del barrio: la parroquia de La Paz, el Club Arapiles, el proyecto Educa, el colegio Rehoyas y la asociación de vecinos Santa Luisa de Marillac. El pasado 25 de enero se ratificó en asamblea la propuesta, que resalta que "rehabilitar el barrio supone no solo rehabilitar las viviendas, supone rehabilitar la vida social del vecindario, para crear cultura participativa y democrática".

Así, se considera que la propuesta presentada por el Ayuntamiento se "queda corta" porque debe tener como eje la mejora de las condiciones del barrio para quienes habitan en él y, como filosofía, "la participación activa del colectivo vecinal, y no solo un intercambio de una vivienda nueva por vivienda vieja". La plataforma se creó en 2102, a raíz de una asamblea con los vecinos, y según explica Pino Sánchez, portavoz del colectivo, el objetivo es que el Ayuntamiento "respete el documento, que tiene el respaldo de todos". Los residentes quieren que se aproveche la rehabilitación para crear un barrio "ecológicamente sostenible", con edificios de alturas no superiores a las siete plantas; con un mínimo de cuatro viviendas por planta y la ubicación de los inmuebles sociales y comerciales en el centro de la urbanización.

Tampoco están dispuestos los vecinos a pagar un coste adicional por las nuevas viviendas y esta es la "principal reivindicación", porque no quieren que les pase como a los residentes de las casas baratas de Tamaraceite con las primeras viviendas de reposición. "Queremos un cambio de casa y escritura antigua por casa y escritura nueva, sin coste alguno para los propietarios. Las llaves y las escrituras se entregarán con anterioridad al desalojo de los antiguos inmuebles".

También se plantea en la propuesta que la rehabilitación es una oportunidad ideal para generar empleo del que se beneficien las personas del barrio que estén en situación de paro.

Por ello piden al Ayuntamiento que propicie que un porcentaje de los parados participen en la construcción del nuevo barrio. También reclaman los vecinos un barrio con tráfico peatonal en su mayor parte, un carril bici y el soterramiento de la calle Santa Luisa de Marillac, para mejorar las conexiones con el exterior. La plataforma, compuesta por un grupo de trabajo de unas 12 personas, ha contado con el arquitecto Carmelo Suárez y el perito judicial Pepe Betancort para plasmar las propuestas de los vecinos.

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