Raquel Perdomo Morillo se presenta mañana viernes a reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, pero sus raíces se encuentran en Fuerteventura. Cada vez que pisa su tierra no puede evitar hacer lo que más le gusta: coger olas en Corralejo o ir a pescar con su padre. "No me importa mancharme las manos de tinta, me encanta ir a coger pulpos", expresa con naturalidad.

Ella misma se define como una "cuatro por cuatro". Practica voleibol, baila con las cheerleader de Gran Canaria, hace vídeos en su canal de Instagram e, incluso, es copiloto de rallies. Hasta su pájaro tiene un perfil en redes sociales. "La vergüenza la dejé en casa hace mucho, me encanta hacer locuras, innovar y hacer payasadas", apunta. Sin duda, no para y se mantiene siempre activa. "De todas formas intento dividirme y me organizo la semana, saco tiempo para todo", reconoce.

No obstante, se autodefina como una "chiquilla trabajadora". Hace dos años llegó a la capital grancanaria para prepararse las oposiciones a la Guardia Civil. "Quiero estar bien preparada y presentarme cuando sepa que lo puedo conseguir", indica la majorera. Sus estudios los compagina con otros trabajos; entre ellos sesiones de modelaje, promociones o azafata. No obstante, lleva once años pasando por los focos, en 2010 logró alzarse como Miss Fuerventura.

Aunque, como ella misma reconoce su verdadera pasión es el Carnaval. "Tengo una familia muy grande y desde siempre nos hemos volcado con estas fiestas", apunta. Desde pequeña ha participado en murgas y comparsas, tanto en infantiles como en adultas. "Empecé disfrazándome de niña con mi primo y no he parado, sería hasta drag queen si me lo propongo", señala.

De cara a la noche del viernes, asegura que no está nerviosa. "Ese día no querré saber nada de redes sociales, quiero canalizar toda mi energía en los tres minutos que tendré sobre el escenario", subraya. Raquel Perdomo piensa que, aunque ha desfilado en otras ocasiones, ahora es en Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y puede hacer de todo, "desde bailar hasta reír".

Si pudiera, ¿a quién le echaría un sortilegio?

A todos los que van a la gala del viernes para que entren en calor y se diviertan.

¿Y a quién haría desaparecer?

A veces, a mi ninfa Pumuky, porque se pone muy pesada por la mañana.

¿Un brujo o una bruja del siglo XXI?

Mi diseñador, porque ha hecho posible mi sueño.

¿A dónde se teletransportaría de tener una varita mágica?

Me trasladaría a momentos clave de la historia para poder aprender de los errores y enseñárselos a gente que nos quiere hacer retroceder en el tiempo.

¿Es más de murgas o de comparsas?

No puedo elegir. Las murgas son humor, crítica, esa voz que el ciudadano no tiene. Pero las comparsas son color y ritmo, dan esa imagen internacional a nuestros carnavales.

¿Prefiere un disfraz atrevido o uno clásico?

Atrevido. Siempre busco un disfraz que dé juego, como el año pasado que fui de científico loco.

En Carnaval, ¿es más de para "presumir hay que sufrir" o de ir cómoda?

Cómoda, prefiero ir fea para que no molesten, voy a divertirme y ser sociable.

¿Vestuario comprado o confeccionado?

Confeccionado.

¿Copita y para casa o hasta el amanecer?

No bebo alcohol, pero me quedo hasta el amanecer.

Elija: ¿Aramís Fuster o Hermione Granger?

Aramís Fuster para que embruje a más de uno, sobre todo políticos que nos hacen la vida imposible.