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La historia empezó con el Puerto

La primera visita guiada y gratuita a las entrañas de La Luz se salda con éxito de público

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Paseo en Guagua por el Puerto de Las Palmas

"La historia de la ciudad empezó en 1883 con la construcción de este puerto", así de contundente se mostró ayer Cecilio Hernández, miembro de la Policía Portuaria, durante su explicación en la primera visita guiada que organiza la Autoridad Portuaria a las entrañas de La Luz. Su afirmación se basa en el gran desarrollo económico y social que alcanzó Las Palmas de Gran Canaria tras la creación de esta infraestructura a finales del siglo XIX. El agente acompañó a más de 50 personas durante un recorrido pensado para descubrir al público general los entresijos del pulmón de la capital. "Esta es la gran superficie por excelencia", subrayó Hernández mientras hizo un símil con la popularidad de los centros comerciales.

La visita comenzó a las puertas de la Autoridad Portuaria. En su interior los excursionistas conocieron el funcionamiento del Centro de Control y Emergencias. "Desde aquí gestionamos las autopistas marítimas que unen Tenerife con Gran Canaria y a estas con Europa", recalcó Hernández. Los más curiosos pudieron ver en vivo cómo es el día a día de aquellas personas que se encargan de asegurarse qué barcos entran y salen del Puerto.

"Se encuentra a tres millas, espere un momento", señaló una de las controladoras por teléfono, sin inmutarse de las miradas que la rodeaban. Los visitantes también pudieron ver de cerca cuáles son los instrumentos que se utilizan a la hora de un rescate en el mar, por ejemplo, pues allí está la sede de Salvamento Marítimo. Siempre con unas inmejorables vistas a la dársena y los muelles.

La visita continuó por la Zona Franca, entre otros lugares imprescindibles de La Luz. "Antes venían a pasar las tardes al Puerto padres e hijos, la idea nuestra es rescatar eso de alguna manera", indicó el agente a modo de explicación de por qué han iniciado este ciclo de visitas. La intención de la Autoridad Portuaria es que estas se repitan un sábado de cada mes de manera totalmente gratuita.

Entre los asistentes había más de un nostálgico. "Mi padre era un enamorado del Puerto, era raro el fin de semana que no veníamos", reconoció José Manuel Padrón, ingeniero industrial y fascinado por la excursión. "Mi relación con el Puerto comenzó con mi abuelo, que a principios del siglo XX trabajó como funcionario de Sanidad Exterior para controlar la entrada de plagas y enfermedades en la Isla", matizó Padrón.

Junto a él estaban su esposa, también ingeniera, y su hija, quien no dudó a la hora de decir que le encantaba la excursión. "Ahora la traigo a ella para seguir con la tradición", señaló Padrón. "La verdad es que la visita me está haciendo rememorar muchas cosas, porque también tuve mucha familia que emigró a Cuba y Venezuela en barco", indicó.

Precisamente, el guía recordó durante su discurso numerosas anécdotas históricas sobre el Puerto de La Luz. Entre ellas, el naufragio del Valbanera en 1919, un buque que iba camino de La Habana con más de 400 canarios. También se habló de los tiempos de los cambulloneros y la picaresca.

Una buena parte del recorrido se centra en mostrar la evolución del Puerto desde la puesta de la primera piedra en 1883 hasta la actualidad. Mediante un mapa cronológico, Hernández detalló los diferentes cambios que ha sufrido la infraestructura portuaria en estos más de 100 años. Desde el espectacular crecimiento de la ciudad, al desarrollo de la agricultura de exportación, sin olvidarse de la gran influencia inglesa, quienes llegaron a ostentar más del 70% de los barcos que entraban en La Luz a principios del siglo XX.

Una explicación que se complementó con una exposición de fotografías antiguas, además de una maqueta que muestra la gran extensión que ha alcanzado el Puerto. Precisamente, los visitantes pudieron descubrir en una guagua los diques de La Esfinge y el Reina Sofía, allí se bajaron todos para contemplar los imponentes barcos perforadores, ahora abarloados, y tomar un sandwich. "Esto es un mundo que no conocíamos, la visita es maravillosa y voy a recomendarlo a mis amigas", señaló Joaquí Belmonte, fascinada por las explicaciones del guía.

La visita continuó en la zona de astilleros de Astican, donde el público pudo ver desde las ventanillas de la guagua cómo son los trabajos de reparación en los cascos de los barcos. También tuvieron ocasión de subir a la terraza de Opsa, desde allí admiraron la terminal de containers. Cabe resaltar que el de Las Palmas es el cuarto puerto de España en tráfico de contenedores. "Se aprende mucho aquí con Cecilio, son cosas que no ves con frecuencia y así podemos ver las entrañas del puerto", indicó José, acompañado de Yaiza, ambos amantes de la fotografía.

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