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La Batería de San Juan logra al fin su protección sumida en el deterioro

El complejo defensivo declarado BIC fue construido a finales del siglo XIX y principios del XX y se extiende por casi 41.000 metros cuadrados en el risco

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Batería de San Juan

La Batería de San Juan ha sido declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) por el Gobierno de Canarias. El complejo, construido a finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX como defensa de la ciudad, se extiende por casi 41.000 metros cuadrados entre el barrio de San Juan y sus alrededores y constituye un patrimonio peculiar para conocer la evolución de la arquitectura militar y de los avatares históricos por los que pasó el Archipiélago desde el punto de vista defensivo por su posición estratégica. El complejo además es un mirador excepcional que permite tener una panorámica de la ciudad, desde la punta de La Isleta hasta casi la bahía de Gando. Desde que los militares abandonarán el emplazamiento a finales de la década de los 60, ha sufrido, sin embargo, un gran deterioro por la desidia de las administraciones públicas -el Ayuntamiento es propietario-, como por el vandalismo de los ciudadanos que han llenado de basura y pintadas el lugar. En 2015 , en una batida , el Ayuntamiento recogió 1.500 kilos de restos de todo tipo tras la denuncia de un grupo de ciudadanos preocupados por el estado del complejo. Su estado no es mejor ahora.

Los residentes y los defensores del patrimonio de la ciudad , que han reclamado duraste años su protección, solo esperan ahora que la catalogación como monumento traiga consigo la recuperación del espacio y de su entorno no sólo para perpetuar la Batería para las nuevas generaciones sino para impulsar el popular barrio de San Juan.

El director general de Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, ya manifestó el pasado año durante una visita al complejo junto al concejal de Urbanismo de la ciudad, Javier Doreste, la intención de recuperar paisajista, ambiental y patrimonialmente el conjunto defensivo en coordinación con el Ayuntamiento y habilitar un sendero interpretativo para que se pudiera conocer la historia militar de la ciudad.

Urbanismo, por su parte, vincula la recuperación del espacio a la futura red miradores de la ciudad. Un proyecto financiado con el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) y que incluye Altavista, Punta del Diamante - cuyas obras ya están en proceso- y La Minilla, donde también hay otro búnker abandonado.

Doreste señaló que el proyecto podría estar este año y comprendería la creación de un pequeño aparcamiento, un acceso peatonal y la creación de un recorrido histórico alrededor de la batería incluyendo los búnkeres. Pero de momento el proyecto sigue sin ver la luz.

El presidente de la Asociación de vecinos de San Juan, Antonio Marrero, se mostró ayer esperanzado por la declaración del complejo como BIC. "Esperemos que no se quede solo en eso, sino que se limpie y se acondicione para impulsar un edificio sociocultural y que el espacio sea un referente turístico". Marrero denunció la suciedad existente en la zona, así como la falta de civismo de la gente.

María del Pino Marrero, miembro del colectivo de ciudadanos ex alumnos del colegio Jaime Balmes que en 2015 entregaron un dossier al Ayuntamiento y al Cabildo de Gran Canaria sobre la importancia del complejo y el deterioro que estaba sufriendo, también manifestó ayer su alegría porque, por fin, se pudiera hacer visible este enclave pero denunció la desidia y apatía del Ayuntamiento en preservar su estado durante estos años. "Lo primero que tenía que haber hecho era perimetrarlo y limpiarlo, y no se ha hecho".

Marrero denuncia que hay mucha basura que no se ha sacado desde hace años de los búnkeres y que cualquier actuación que se haga en la instalación debe hacerse "con rigor y con los especialistas adecuados".

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