El trabajo permite a las mujeres desarrollar sus capacidades, ser independientes, contar con recursos para afrontar su propia vida si así lo desean, lograr sus sueños como persona y escapar de la exclusión social a la que han estado sumidas durante décadas. En definitiva empoderarse en la sociedad. Eso es lo que persigue el III Plan de Igualdad entre hombres y mujeres del municipio de Las Palmas de Gran Canaria (2018-2021), que incide en fomentar medidas que favorezcan el acceso de las féminas al trabajo y de que las empresas pongan en marcha planes de conciliación de la vida personal y laboral dado que son las mujeres las que están al cargo de las tareas domésticas, los hijos, los mayores y las personas dependientes.
Así lo indicó ayer la concejala de Igualdad, Diana Mujica, que señaló que el trabajo permite "el empoderamiento de las mujeres en la sociedad y facilidades para superar las desigualdades existentes entre mujeres y hombres". Y, a la larga, disponer de una pensión más digna que las no contributivas o de viudedad que actualmente se cobran.
El municipio también se compromete a tomar medidas. Entre otras, mejorar la organización y el funcionamiento de los servicios de atención diurna orientados a las necesidades de las personas adultas dependientes y sus familiares, ajustar los horarios de los servicios públicos a la disponibilidad de hombres y mujeres trabajadoras, ampliar los servicios de "proximidad" y de apoyo para el cuidado de personas dependientes para facilitar la conciliación o ampliar la oferta de plazas de las escuelas infantiles públicas.
El III plan de Igualdad, que trata de ofrecer las mismas oportunidades a 'ambos géneros en todos los ámbitos de la vida dentro del municipio y de poner medidas correctoras para corregir las desigualdades -incluye 172 medidas-, pone énfasis en promover la contratación de las mujeres y el empleo estable, en general, en las desempleadas de larga duración y en las que están en riesgo de exclusión social, en particular. Pero también el fomentar su entrada en aquellos sectores laborales donde apenas están representadas como la industria, la metalurgia, la construcción, entre otros campos, de promover en las empresas planes de igualdad -solo tienen obligación las empresas de 200 y más empleados-, medidas para conciliar la vida familiar y laboral o un decálogo de buenas prácticas, así como sensibilizar al empresariado en este aspecto y seguir promoviendo la formación entre el colectivo más allá de romper la brecha salarial existente y de que las mujeres accedan a las puestos directivos.
Las medidas y acciones a realizar de aquí al 2021 se han planteado tras hacer un diagnóstico de la sociedad de la capital. El estudio de Técnicos en Socioanálisis (2016) puso de manifiesto que el envejecimiento tiene nombre de mujer, que cada vez hay mayor presencia de hogares unipersonales - mayores y viudas, pero también de personas jóvenes de ambos sexo que atrasan su proyecto de vida-, que la maternidad se retrasa y que es de un solo hijo, que en el 47, 2% de los hogares es la mujer es la que aporta los ingresos, que el paro entre los hombres con titulación alcanza el 13,9% y en las mujeres el 24,9% y que en actividades de la industria, agricultura y operadores la presencia femenina es insignificante.
