El bar club Cupido, uno de los locales míticos del barrio de Arenales relacionados con el alterne y la prostitución, ha sido derrruido. El establecimiento, situado en la calle Matías Padrón, número 49, llevaba varios años inactivo y forma parte de las casas terreras expropiadas por el Ayuntamiento de la capital en la misma manzana para la creación en un futuro de un parque público en la zona para los vecinos.

La empresa Excavaciones Gaval retiraba este lunes escombros del solar donde se situaba el bar, muy reconocido porque el cartel anunciador tenía forma de corazón y en su fachada, pintada de rosa palo, estaba representado el Archipiélago canario.

El Plan General de Urbanismo de la capital (2012) recoge que la manzana situada entre Matías Padrón y Suárez Naranjo, que linda con Pamochamoso y Carvajal, está destinada en parte a espacio libre. Es decir, a recreo y esparcimiento al aire libre y a mejorar también las condiciones ambientales de los espacios urbanos. En la manzana, según el plan urbanístico solo quedaría otra parcela para espacio cultural - centro cívico Suárez Naranjo- y otra para espacio educativo - colegio Nanda Candres-.

El propio concejal de Urbanismo Javier Doreste señaló ayer que el proceso de reconvertir las casas y locales que se han derribado en un parque no será posible este año porque aún queda alguna vivienda habitada que no ha sido expropiada y porque estos procesos suelen demorarse en el tiempo. "Es un proceso que viene de antes de nuestro mandato y tardará seguramente un par de años en terminarse", indicó al respecto.

Doreste especificó que desde la calle Bravo Murillo hasta el parque Doramas no hay ningún espacio libre en la zona de Arenales salvo la plaza de La Feria y la Fuente Luminosa por lo que el plan general lo que plantea es "clarear los espacios" urbanísticos que están colmatados aprovechando las expropiaciones.

El pasado año ya se tiraron dos casas que se encontraban en mal estado y hace unos meses una tercera, antes de que le llegara el turno esta semana al bar Cupido. Y es que la marginalidad en la que quedó sumido el barrio por el ejercicio de la prostitución abocó a que muchas viviendas, ya en mal estado, se vaciaran y se quedaran cerradas en estado ruionoso.

La calle Matías Padrón en la que se encontraba el local es una vía paralela a Molino de Viento, muy conocida por el ejercicio de la prostitución. La zona es uno de los últimos reductos de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria donde se puede ver a mujeres esperando a los clientes a las puertas y ventanas de las casas y locales donde se ejerce la prostitución. Una actividad que se instaló en la zona en los años 80 debido a las condiciones económicas y el problema de la droga, y que fue extendiéndose por el barrio en condiciones de marginalidad pese al apoyo de algunas instituciones religiosas a las mujeres.

La actividad, que en nuestro país no está regulada y no está penada salvo en los casos de proxenetismo y trata, aunque los ayuntamientos pueden sancionarlo si se ejerce en la vía pública, ha perdurado en el tiempo pese a que ahora las tecnologías permiten ejercer el oficio más viejo del mundo de forma más anónima y privada.

Los vecinos de la zona han intentado en varias ocasiones que la prostitución saliera del barrio sin conseguirlo. La última iniciativa para ponerle freno fue el pasado año. Los residentes recogieron firmas para que el Ayuntamiento ordenara la actividad con el apoyo de un decreto autonómico de 2013 que reconoce las "actividades sexuales".

Los residentes lograron, no sin polémica social y política, que el pleno municipal aprobara con las abstenciones del Partido Popular, Ciudadanos y Unidos por Gran Canaria de que los locales que abran para este cometido deberán estar apartados a menos de 300 metros de centros escolares o de menores y no podrán situarse a menos de 150 metros de otro establecimiento de las mismas características ya que en la zona de Molino de Viento se encuentran tres colegios. Los locales que llevan abiertos años, sin embargo, se quedaron al margen de la reglamentación por el llamado uso consolidado.

El primer Diagnóstico de la Prostitución de Mujeres en Canarias realizado por la Universidad de La Laguna apunta que unas 3.000 mujeres ejercen en Canarias esta actividad, que para muchos es contraria a los Derechos Humanos por mucha libertad que exista en el propio ejercicio de la misma.

Por otro lado, el pasado año el Ayuntamiento se comprometió con los vecinos de Arenales a invertir 9.000 euros en mejorar el centro cívico Suárez Naranjo, abierto desde 2011 a las diversas asociaciones que hay en el barrio. Entre ellas, el arreglo del pavimento del patio central.

También se comprometió a mejorar otros aspectos en la zona como la seguridad y las infraestructuras viarias.