El obispo Francisco Cases ofició ayer la ceremonia religiosa del Jueves Santo en la Catedral de Santa Ana. La liturgia de la Cena del Señor, que finalizó con el traslado de Santísimo Sacramento al Tabernáculo, incluyó el lavatorio de los pies a un grupo de fieles por parte del obispo, a imagen de Cristo, en la fotografía de la derecha. La Catedral permaneció abierta hasta la medianoche para la Adoración Eucarística.