No miden más de medio milímetro, pero son los animales más resistentes del planeta. Los tardígrados, unos minúsculos invertebrados emparentados con los artrópodos, fascinan a los científicos por su capacidad para sobrevivir en los ambientes más hostiles, desde el frío antártico al espacio exterior. A conocerlos mejor está destinado uno de los proyectos de investigación realizados durante los últimos meses a bordo del buque de investigación oceanográfica de la Armada Hespérides, que mañana llega al Puerto de La Luz.

El periplo antártico del Hespérides durante la campaña que ahora concluye ha permitido a la investigadora colombiana Rosa Acevedo, de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB), rematar la fase de toma de muestras de un proyecto denominado Tardígrados y bacterias provenientes de la Antártida, iniciativa que arrancó hace tres años y con la que se pretende obtener especímenes de estos microorganismos para caracterizarlos por sus capacidades biotecnológicas.

La investigación sobre los tardígrados en la Antártida aspira a entender cómo logran adaptarse y sobrevivir a estas y otras condiciones extremas, como la ausencia de agua o las radiaciones ionizantes del espacio exterior. La a identificación de estos mecanismos puede arrojar luz en distintos campos, desde la ecología -cómo tolerar los cambios climáticos radicales- hasta la ciencia médica, "posiblemente en la reducción de la sensibilidad de pacientes con cáncer a los tratamientos con radiación" o en aquellas enfermedades vinculadas con fallos en la reparación del ADN, según señala la UTB en un comunicado.

El de los tardígrados es solo uno de los nueve proyectos científicos que han podido avanzar durante los últimos meses gracias a la presencia del Hespérides en la Antártida. Más de 65 investigadores se han embarcado en el buque de la Armada durante esta expedición, aunque el total de científicos involucrados en los trabajos efectuados en este tiempo asciende a dos centenares. Entre otras materias, han observado la capacidad de dispersión de los microorganismos en zonas polares, los microartrópodos -tanto nativos como invasores-, las interacciones que se dan entre el hielo, el océano y la atmósfera en las zonas polares o los volcanes submarinos y los fluidos hidrotermales antárticos, informa Efe.

El Hespérides cumple una doble misión en sus viajes al continente helado. Por un lado, sirve como base para las investigaciones de diversos equipos científicos internacionales -en esta ocasión procedían de 12 países-. Por otro, facilita el traslado de material y de personal en diversas bases antárticas, no solo en las españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla.

El paso del Hespérides por Gran Canaria es habitual tras sus campañas antárticas. El de La Luz es el primer puerto español que se encuentran sus tripulantes en cada viaje de retorno y aquí suelen realizar labores de intercambio de material con otro buque de investigación si aún no tienen previsto retornar a su base en Cartagena (Murcia), como ocurrirá este año.

La estancia en Las Palmas de Gran Canaria se alargará hasta el próximo jueves. Ese día, el Hespérides tiene previsto salir de la Isla para continuar realizando estudios sobre el lecho de la zona económica exclusiva de España en aguas en torno a Canarias. Estas investigaciones, que se realizan desde mediados de la década de 1990, resultan imprescindibles para consolidar la postura defendida por el Estado con respecto a estos fondos marinos.

El viaje por aguas canarias concluirá a comienzos de junio. El día 7 de ese mes está contemplada una escala del Hespérides en el puerto madeirense de Funchal y unas semanas más tarde, el día 25, el buque llegará por fin a la base de Cartagena.