En caseta de campaña y rodeados de mucho picoteo. Las familias Palomino y Narváez plantaron las lonas sobre la arena de Las Canteras desde bien temprano con la intención de pasar la noche de San Juan. Como ellos, miles de grancanarios propios o de adopción se acercaron hasta la playa para vivir una fiesta mágica bajo el calor de los 250 kilos de polvora que iluminaron el cielo. Y es que para vivir una velada como esta es necesario pillar hueco entre sombrilla y sombrilla a buena hora.
"Es por los niños más que nada, para que descansen porque son muchas horas aquí, cuando tienes hijos hay que salir con la casa a cuestas", apuntaron los Narváez entre bromas; "de mudanza te tienes que ir". La pareja llegó con su hijo de cinco años a las tres de la tarde, a la espera de sus invitados a eso de las siete, los Palomino, quienes también plantaron la caseta de campaña en Las Canteras. Un poco de picoteo, cervezas y muchas ganas de diversión, estos colombianos de origen no necesitan nada más para pasarlo bien. Ambas familias señalaron que San Juan no es una fiesta reseñable en el calendario del país sudamericano, pero la conocieron cuando llegaron a Cádiz hace ya unos años y han seguido la nueva tradición una vez se mudaron a Gran Canaria hace tres años.
Unos metros más allá el acento caribeño destacaba entre sombrilla y sombrilla. Cuco el isletero estaba celebrando su cumpleaños junto a otras 15 personas. "De la 1 a la 1, por lo menos", destacó Anabel Rodríguez Menéndez. La mayoría son oriundos de Cuba pero, aunque en su país de origen San Juan no se celebra, desde que llegaron a la Isla no se pierden esta tradición. "Esta noche es para que se vaya lo malo y que venga lo bueno", señaló Dianela Rodríguez Menéndez. Mientras, Sonia Gómez se dedicó a sacar las bandeja de fingers de pollo, croquetas y a repartir vinito. "La salsa cubana da el toque de nuestra tierra", apuntó la matriarca de la familia loncheras en mano.
¿El postre? Polvitos uruguayos caseros. Esta familia llegó a Las Canteras por San Juan cargada de neveras, mesas, sillas y sombrillas. "Es la primera vez que vamos a montar nuestro propio chiringuito", apuntó una de las hermanas Rodríguez Menéndez, pues los años anteriores se habían acoplado a los de otros amigos.
Encontrar un hueco en la arena estaba complicado a últimas horas de la tarde. A pocos metros de los cubanos, Mari Mar, Sergio, Teresa, Miriam, Maite, y así hasta contar a casi 40 personas, desplegaron las mesas de camping y "medio supermercado", apuntó Maite sin disimulo. "Aquí tenemos empanadillas, cervezas, tortillas", enumeró mientras sus amigas preparaban el banquete. Aunque en su mayor parte canarios, en su caso la fiesta de San Juan también ha sabido atraer a muchos foráneos. En este caso el grupo tenía invitados de la Península y Venezuela, porque al final la cuestión es festejar.
