"Este barrio [Schamann] ha sabido gestionar la diferencia como pocos lugares que conozco", exclamó anoche el cantante Said Muti durante el pregón inaugural de las fiestas de Ciudad Alta 2019. "Porque ser diferente, no implica en absoluto maldad y la diversidad nos hace infinitamente más ricos", continuó. El discurso se convirtió así en una semblanza a la convivencia y la tolerancia que han dado forma y sentido a esta zona de Las Palmas de Gran Canaria, cargado además de reivindicación y compromiso social. Por delante queda ahora más de una semana de festejos con multitud de conciertos y espectáculos, con la festividad de la virgen de Los Dolores, cuyos días grandes serán el próximo fin de semana, como pretexto.

De madre canaria y padre palestino, Muti recordó a lo largo de su discurso sus días de la infancia y juventud. En definitiva, la historia de aquel niño "que escribía canciones en una ventana", tal y como se definió a sí mismo. Pero, antes de traer a la memoria del público aquellos días de juego en el parque de la iglesia o el mirador de Cuatro Cañones, el cantante tuvo palabras de agradecimiento a todas las personas que hicieron posible que su familia fuera "una pieza más de este engranaje". El compositor, con dos discos de estudio a sus espaldas, nació en Jordania en 1988 y llegó a la Isla con tan solo seis meses de edad junto a sus padres y hermanos mayores.

"Agradezco a todos, desde los primeros schamaneros que levantaron los cimientos de estas calles junto a mi abuelo Pedro y mi abuela Carmen, hasta los hijos del barrio que borraron de un plumazo las diferencias idiomáticas, culturales y religiosas; sumando personas y restando tempestades", expresó Muti en los comienzos de su discurso. Definió a sus padres, Ángela Hernández Sosa o Mahmoud Muti, como unos "trabajadores incansables, guerreros sin espadas y héroes a tiempo completo".

A modo biográfico, Muti señaló que su madre migró, "como tantos hijos de esta loma", desde los campos de la Isla, concretamente de Santa Brígida. Mientras, su padre hizo "algunos kilómetros de más y unos cuantos mares de por medio", pues llegó a Schamann procedente de Palestina. Una historia que le sirvió para describir la evolución de un barrio que ha crecido a lo largo de las décadas a base de familias oriundas de distintos lugares en busca de una vida mejor.

Muti aprovechó el recuerdo de sus años en el colegio del barrio para poner en valor la educación y la sanidad pública, gratuita y universal. "Pongamos en el pedestal que se merecen a los cientos de maestros y maestras que cada día se dejan la piel en el centro", apuntó, pues que "sin formación no hay futuro", apostilló.

Aquel niño que escribía en la ventana y que mamó de las notas de Phil Collins o Joaquín Sabina, tal y como recordó anoche, describió de una manera muy emotiva a sus más allegados. Su madre quien "vestía desde glamurosas damas de honor hasta participantes en algún que otro concurso de la canción en este mismo escenario", indicó. Y su padre, quien "contribuyó a la mayoría de los ajuares de boda del barrio en su ya vencida tienda para los recién casados", señaló ante el gentío que anoche se congregó en la plaza de Don Benito.

Aquel crio vivió rodeado de música, "discos que volaban desde Eusebita Bravo [mítica tienda del barrio] hasta el radiocasete", apuntó. Y, con la llegada del "temido siglo XXI" y mientras "el triunvirato de asesinos de las Azores se ensañaba con Irak", escribió así su primera canción, señaló. Un tema que "aún recuerda y que es un pilar fundamental cuando las fuerzas flaquean", indicó en tercera persona refiriéndose así mismo.

Y así, hasta llegar a la crisis financiera del 2008, la cual golpeó con fuerza Schamann. Un tiempo en el que el joven se dijo "el que no arriesga no gana". Marchó con unas pocas canciones y Muti terminó por abrirse un hueco en el panorama del rock español. Precisamente, aprovechó el final de su discurso para dar paso a una treintena de pequeños musicos, "ejemplo de integración y solidaridad". Fueron los chiquillos de Barrios Orquetados quienes pusieron la nota final esta primera noche de festejos.