La ubicación de un ascensor en el Museo Néstor tiene paralizada las obras de su rehabilitación. Así lo informó el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, quien explicó que el proyecto municipal inicial plantea colocarlo en el interior de las instalaciones, mientras que el Cabildo insular pretende que sea de cristal y vaya "por fuera". Según el edil, esta discrepancia es el motivo por el que varios trabajos de mejora previstos para el enclave aún no han salido a licitación, a la espera de que pasen las elecciones para reunirse con los familiares del pintor y consensuar junto a ellos la opción más idónea para el emplazamiento del elevador.
Apenas queda un mes y medio para que se cumplan dos años desde que se cesó la actividad en el museo y se procedió a proteger la herencia pictórica del artista para iniciar la reforma. "En su momento se iba a cerrar para adaptarlo a las personas con movilidad reducida, pero esto no era suficiente para ayudar a preservar el legado de Néstor", señaló el director del centro cultural, Daniel Montesdeoca, quien aseguró no tener constancia de que la controversia del ascensor sea la verdadera causa del retraso de las obras.
Y es que desde su punto de vista es la propia envergadura de la intervención la que marca el ritmo de su desarrollo. "Aquí ya se han hecho cosas, concretamente en el sótano ya se han realizado las inyecciones de ósmosis, una silicona especial para combatir el problema de humedades que teníamos", aseveró. Montesdeoca también ha estado trabajando con una de las técnicas de Geursa para elaborar un inventario de actuaciones necesarias para el inmueble que estarán incluidas en el pliego de condiciones para la ejecución de la rehabilitación.
Entre los trabajos que se contemplan se encuentra la renovación del sistema de seguridad antiincendios, así como de la instalación eléctrica. Del mismo modo, está previsto que se coloquen aparatos de aire acondicionado, se arreglen los suelos y se reparen las cubiertas y la carpinterías. "Y esto lleva una labor artesanal muy importante que no se puede hacer en tres días", apuntó el director y conservador del museo que pide a la ciudadanía "un poco más de paciencia" dado que se trata de una reforma en la que "hay que hilar muy fino" para no altera mucho el diseño de Miguel Martín- Fernández de la Torre y, al mismo tiempo, adaptarlo al siglo XXI.
Por eso, en relación con el ascensor, Montesdeoca es partidario de que se genere el menor impacto sobre el edificio. "Si se hiciera la urna de cristal exterior habría que alterar la sala del Poema de la Tierra ya que es la única manera en la que podría hacerse; por no hablar de que el mantenimiento de este aparato sería carísimo", apostilló. En cualquier caso, habrá que esperar a que pasen las próximas elecciones generales para conocer la ubicación final de elevador, ya que es entonces cuando Urbanismo pretende reunirse con los descendientes de los hermanos Martín- Fernández de la Torre para decidir la mejor opción. "Si ellos están de acuerdo con que se haga fuera, se hace así; pero si lo quieren por dentro pelearíamos para que así fuera", explicó Doreste, quien espera poder iniciar la reforma del museo en 2020.
La intervención también contempla reintegrar el jardín trasero del enclave cultural hasta la casa de la otrora Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC). Esta también pasará a formar parte de las instalaciones museísticas, conectándolas con la calle León y Castillo donde contará con una nueva entrada. Además, en este espacio en el que se barajó inicialmente emplazar oficinas o un departamento pedagógico, se abrirá una pequeña tienda y una cafetería exterior.
