La playa de Las Alcaravaneras se está consolidando como un espacio de acampada para algo más de una decena de personas sin techo, que utilizan desde hace años las barcas y los soportales más cercanos al balneario para instalar sus casetas y sus colchonetas, donde pasan la noche al raso. Antes, recogían sus casetas de buena mañana, pero últimamente se pueden ver algunas tiendas de campaña y las colchonetas en pleno mediodía, al lado de las barcas, mientras el resto de usuarios de la playa hace deporte, se baña, pasea o toma el sol.

Algunos usuarios denuncian las frecuentes peleas y los robos, por parte de algunos de estos sin techo, mientras se quejan de la ausencia de policías en la playa. Aunque reconocen que estas personas han terminado en la playa a consecuencia de un problema sociosanitario, y necesitan la asistencia de las administraciones responsables, los usuarios denuncian que ellos no tienen por qué sufrir las consecuencias de que la playa sea utilizada como un lugar de acampada.

Lo primero que se percibe cuando se bajan las escaleras, poco antes de llegar al balneario, es un pestazo a orines tan intenso que la primera reacción es darte la vuelta y volver sobre tus pasos. Y no es porque los de mantenimiento no limpien, aseguran los usuarios. "Los limpiadores hacen su trabajo y baldean y limpian esto todo los días, pero si esta gente utiliza esto como un meadero, habría que estar las 24 horas del día baldeando con agua y lejía para que no oliera", señala uno de los usuarios que guarda su anonimato por temor a represalias.

El olor a meados se extiende a lo largo del pasillo bajo los soportales, por donde pasan los chicos y chicas que hacen deporte en esta zona, y vuelve a crecer en intensidad al final, justo a la altura de las barcas. Antes de las nueve de la mañana, los operarios ya han recogido toda la basura y en los jardines de la entrada, donde también pernoctan.

Los usuarios se quejan también de los destrozos ocasionados en el balneario. Los empleados, aseguran, tienen que aguantar los "malos modos de algunos de ellos, que entran a ducharse y a afeitarse y sin venir a cuento le dan patadas a las puertas y destrozan los azulejos. Ahora mismo hay una puerta rota, inutilizada por un golpe. A cada momento entran y lo rompen todo". "Y luego están los dueños de las barcas, que tienen que aguantar como las usan y las llenan de basura. Uno de los dueños perdió una barca y la otra la tienen ahí virada boca abajo", cuentan los denunciantes, que aseguran -a eso de las doce de la mañana del ´pasado sábado- que llamaron a la policía, porque había unos peleándose. "Por aquí no ha aparecido la policía. Estaban peleando y discutiendo entre ellos. Ahora mismo hay tres, borrachos perdidos, gritando, diciendo palabrotas y manoseando entre tres a una chica. Y los niños jugando y mirando al lado", se queja una mujer.

Por su parte, el concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, indica que su departamento da parte "continuamente" tanto a la Policía Local como a los Servicios Sociales para que intervengan, ya que es algo que excede de "nuestras competencias". Añade que hay dos tipos de personas que pernoctan en Las Alcaravaneras: "mochileros que están de paso y que, desde que son detectados se avisa a la Policía para que sean desalojados y, en segundo lugar, los que duermen en la playa porque son personas sin hogar. En este segundo caso, el tratamiento es distinto porque entendemos que no se les puede aplicar unicamente una medida policial. No tiene fácil solución, porque requiere un trabajo a largo plazo para que acudan a los recurso sociales, pero no se les puede obligar".