El enlace a la autovía GC-1 desde Marzagán en dirección a Las Palmas de Gran Canaria sigue cerrado. Una situación que ha sobrecargado el tráfico en el entorno del Valle de Jinámar, y afecta especialmente a los empresarios de Mercalaspalmas. Desde la consejería de Obras Públicas del Cabildo Insular indican que dicho acceso permanecerá así hasta que el tráfico "se acostumbre" a los cambios realizados en la vía después del derrumbe que se produjo el pasado 11 de diciembre. Esta cuenta con hasta tres carriles de circulación desde el pasado domingo por la cual ya pueden pasar todo tipo de vehículos, pero, a pesar de esto, la mencionada entrada a la carretera sigue sin estar operativa.
Fuentes de Obras Públicas aseguran que en la reunión de coordinación que mantuvieron la semana pasada decidieron que este enlace siguiera cerrado. El cierre podría estar vigente "previsiblemente hasta la próxima semana", en base a los criterios que han adoptado Guardia Civil, DGT, Cabildo y los dos ayuntamientos implicados. Esta situación ha levantado el malestar y las quejas entre los vecinos de Cuesta Ramón, Marzagán y Jinámar. Al estar cerrado el acceso más directo a la autovía, se están viendo obligados a atravesar el Polígono y utilizar las rotondas en las inmediaciones del centro comercial Las Terrazas.
"Es una odisea salir de aquí, se están produciendo embotellamientos tremendos, especialmente en las rotondas de Las Terrzas", señala Pablo Rodríguez, presidente de la asociación de vecinos de La Concepción de Jinámar. Una buena parte de ese tráfico que está sobrecargando el Valle procede de Mercalaspalmas y empresas aledañas como Cofricansa. "Estamos molestos porque nadie se ha puesto en contacto con nosotros", apunta por su parte Juan Armando Rodríguez Hernández, presidente de Asemerca -Asociación de Empresarios de Mercalaspalmas-.
"No nos han dado un informe o razones técnicas de por qué sigue cerrada la carretera, después de haber abierto la vía alternativa", señala Rodríguez molesto, pues este hecho está perjudicando a las más de 200 empresas adheridas a la plaza de abastos, en su mayor parte pymes, y a sus clientes. En este mismo sentido se manifiesta Nicolás Socorro, de Cofricansa, empresa que en teoría tiene el acceso a la autovía a unos escasos 800 metros y ahora se ven obligados a realizar un rodeo de más de tres kilómetros.
Los empresarios y las distintas asociaciones de los barrios afectados por esta situación tienen previsto reunirse el próximo martes, 7 de enero, y lanzar un comunicado para reclamar soluciones al Cabildo, señala el representante vecinal Pablo Rodríguez.
El representante de Mercalaspalmas asegura, además, que existe "suficiente" espacio entre el carril de acceso a la autovía y la zona en obras del Tívoli, por lo que no entiende "por qué no se ha habilitado esta entrada". La vía alternativa de tres carriles a su paso por la zona donde se produjo el derrumbe fue habilitada el domingo 30 de diciembre, unos días antes de lo previsto. "Esta cuenta con una curva mucho más pronunciada que la que había hasta ahora", indican desde Obras Públicas. De ahí que la idea principal, según afirman desde la consejería que dirige Miguel Ángel Pérez, es que el tráfico se adapte a las nuevas condiciones de la vía "para no saturarla".
Al mismo tiempo, los cambios en el carril de acceso del túnel de San José a la Avenida Marítima también siguen vigentes por el mismo motivo, según el Cabildo. Días después del derrumbe se decidió colocar una serie de conos para crear una salida preferencial desde la GC-31 tras el aumento del volumen del tráfico en dicha vía, especialmente tras la prohibición a camiones y guaguas de ir por el Tívoli.
