Son los otros habitantes de Las Canteras, los que sobreviven en el fondo submarino, en el que se agita un tesoro de biodiversidad, una inmensa explosión de vida que resiste pese a la enorme presión humana que soporta. Muchas de sus especies han ido desapareciendo o escaseando a lo largo de los últimos 60 años. Ya no se ven caballitos de mar; con suerte se puede contemplar una estrella de mar, un centollo o una lapa porque practicamente han desaparecido, algo que ha pasado también con los sebadales, sepultados por la gran acumulación de arena, que ya no puede salir del sistema. Otras han vuelto o se las empieza a ver más, como el angelote ( Squatina squatina), un tiburón plano que utiliza los fondos arenosos de la playa como criadero. Las Canteras tiene la gran suerte de contar con la presencia de este pez cartilaginoso que está en peligro crítico a nivel mundial. El angelote resiste en Canarias tras haber desaparecido de buena parte de su rango de distribución en el Atlántico y el Mediterráneo y Las Canteras es uno de los puntos donde vive.

David Jiménez Alvarado, investigador del Grupo de Biodiversidad y Conservación del Instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) que participa en el proyecto internacional Angel Shark Project, explica que generalmente se les puede ver dentro de La Barra. "En Canarias", explica, "te los puedes encontrar en cualquier zona arenosa que no sea muy profunda. Son animales que se entierran en la arena, así que cualquier área que tenga bastante arena es susceptible de que pueda haber algún angelote, aunque tienen preferencia por algunas zonas, aún no sabemos por qué. En Las Canteras no es que haya muchos, pero los que se ven de forma esporádica son muy pequeñitos". Hay muchos más, tanto adultos como crías, en otros lugares como Las Teresitas (Tenerife), que ya está reconocida como zona de cría o Sardina del Norte o El Cabrón, en Gran Canaria, a los que se ha dado prioridad en el estudio, que también llegará a Las Canteras algún día.

Los usuarios de la playa no son una amenaza para ellos, aclara. "Los pueden molestar, pero las amenazas que pueden tener son la contaminación o que entre algún depredador grande que se lo pueda comer, como una raya u otro tiburón. Alguna vez se ha visto a un pez martillo", explica este investigador que considera necesaria una labor de divulgación, de "hacer ver a la gente que ese animal está ahí, que está en peligro crítico y, por tanto, es importante cuidarla. No es una especie dañina. Las crías que viven en Las Canteras miden una media de 25 centímetros y es importante que la gente sepa que están ahí y que no se asusten si los muerden porque la mordida es muy pequeña. A medida que la gente los conozca más, lo podremos proteger mejor. Es importante que la gente sepa que tenemos la suerte de seguir teniendo en Canarias un animal que practicamente ha desaparecido en el resto de Europa". "El angelote", indica, " es un animal de hábitos nocturnos. De día están casi todo el tiempo enterrados. Si están quietos y pasas cerca, ni se van a mover, salvo que los pises. En ese caso, salen nadando. El camuflaje es su forma de supervivencia", asegura.

La acumulación de arena en el fondo de Las Canteras -al formar los edificios una barrera que impide que los sedimentos salgan por la acción del viento hacia Guanarteme o Alcaravaneras como ocurría en el pasado- ha provocado la desaparición de los sebadales. Hace algunos años quedaban algunos reductos de esta planta vascular protegida ( Cymodocea nodosa) frente al Reina Isabel y La Puntilla, según describenlos investigadores Fernando Tuya y Maite Asensio en su libro Vida submarina. Playa de Las Canteras, que desvela donde y cuando se pueden observar las 150 especies más comunes de la playa.

Ricardo Haroun, catedrático de Biología de la ULPGC e investigador del Instituto Ecoaqua, sostiene que las sebas ya no están. "Las sepultó el sedimento y toda la arena que hay entre La Barra y la playa", constata Haroun, quien añade que esta acumulación arenosa ha favorecido, por el contrario, el desarrollo de la Cymopolia barbata, un alga verde tropical muy bonita que ha proliferado porque le llega más luz natural, al estar los fondos más cerca de la superficie. El alga parda que se recoge por toneladas en algunas épocas del año, la Lobófhora variegata, no es una seba, pese a que la gente la llame así.

Entre las especies amenazadas, además del angelote y las sebas, el investigador señala a los caballitos de mar que "ya desaparecieron, aunque a lo mejor están ahí y no los vemos". También han dejado de frecuentar la playa chuchos y cazones (rayas y tiburones), estresados por la masiva presencia humana, y entre los que ya apenas están hay que destacar a los centollos, las lapas y las estrellas de mar. A juicio de Haroun, "sería bueno tener una catálogo" de las especies que habitan en Las Canteras, y "actualizarlo cada dos o tres años para saber con certeza cuales están amenazadas y cuales han llegado nuevas".

Entre las medidas que plantea para proteger a los habitantes marinos apunta la necesidad de eliminar la arena sobrante y sugiere acciones para reducir la presión de las actividades humanas, aunque admite que, en líneas generales, la gente está muy concienciada sobre la necesidad de no pescar o mariscar en la playa.

Según el editor de Miplayadelascanteras.com, Tino Armas, es fundamental que la Concejalía de Ciudad de Mar realice, a través de un convenio con la ULPGC, un listado de las especies de la playa y establezca el grado de "peligro de extinción" de cada una para adoptar medidas. Recuerda que hay peces que han desaparecido como el barraco, las holoturias o pollas de burro, así como los erizos de púas de colores, cuyo interior se usa como engodo para pescar. Advierte que la presión humana, el furtivismo y la arena son las mayores amenazas para la vida en la playa, aunque reconoce que la prohibición de la pesca ha mejorado mucho las cosas. "Por la propia dinámica de la playa, hay especies que han desaparecido y otras han vuelto. La carmelita llegó a estar extinguida y ahora se ven bastantes. Antes sólo se veían las mantas cuando iban a desovar en septiembre u octubre, pero ahora se las ve más", considera.

La participación ciudadana es "la clave para el futuro de nuestros océanos y la vida marina", destaca la educadora y divulgadora marina Cristina Camacho, que añade que implicar y comprometer a la ciudadanía con el medio, para que se conviertan en "los ojos de la ciencia", es el principal objetivo la Red de Observadores del Medio Marino de Canarias del Gobierno canario, que tiene una aplicación gratuita para registrar los avistamietos (Redpromar). Camacho destaca que los efectos beneficiosos de la prohibición de la pesca dentro de la playa se notan muchísimo. Esta medida, subraya, "ha ayudado a que ahora podamos disfrutar de la explosión de vida de la que gozan sus aguas" y que "incluso algún verano, detrás de La Barra, se hayan podido observar a delfines". "Transmitir la importancia del océano en nuestras vidas, despertar la curiosidad de su biodiversidad y darla a conocer es la única forma de protegerlo", sostiene.