La Fiscalía solicita nueve años de prisión a un chico de 20 años, por un presunto caso de abuso sexual contra una joven de la misma edad en las inmediaciones de una discoteca del Puerto, un caso que tratará la sección segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas en próximas semanas. El Ministerio Público reivindica también el pago de una indemnización de 40.000 euros. Los hechos ocurrieron en la noche del 6 de diciembre de 2018, momento en el que el procesado, quien responde a las iniciales de E. B . R., "con ánimo libidinoso", obligó a la chica a realizarle una felación en plena calle cerca del club, acto por el cual presentaría una huella psicológica en forma de trastorno de adaptación, según apunta el escrito del Ministerio Público. La acusación particular ha pedido por su parte una pena de 10 años de cárcel.

Aquella noche de diciembre, según consta en las conclusiones provisionales de la acusación particular, la joven, se encontraba con un grupo de amigas de fiesta en el entorno del Puerto. En un momento dado, en el interior de la citada discoteca, el presunto autor de los hechos comenzó a bailar con ella, "cuando de forma insistente la invita a salir fuera de la discoteca", señala el letrado Alfonso Dávila Santana. La Fiscalía, por su parte, señala que esta insistía que no podía irse "porque estaba con sus amigas y tenía el móvil dentro del bolso".

Una vez en la calle, la chica le dijo al procesado de volver a entrar, pues se encontraba "muy mareada", hasta tal punto que se sentó en la acera con la cabeza agachada, según refleja el Fiscal. En ese momento, ella insistió en volver al interior de la discoteca, "ya que no conocía la zona y que la dejase tranquila". No obstante, la acusación particular hace hincapié en el hecho de que la joven se había mudado recientemente a la capital grancanaria.

Según el Ministerio Público, el acusado "le prometió" que volverían a la discoteca, pero, "lejos de cumplirla", la llevó a otra calle menos transitada y oscura. En ese instante, el letrado señala que, mientras le tocaba las caderas, "haciendo nulo caso al deseo de mi patrocinada de querer volver con sus amigas", procedió a cogerle la mano para que esta le tocara los genitales. La joven reacciona y lo aparta, mientras le dice "estás loco".

Nuevamente, "la sentó en la acera pese a que insistía que la dejara tranquila, que estaba borracha y que quería ir a la discoteca". Lejos de hacerle caso, "con ánimo libidinoso", el acusado se bajó los pantalones de tal manera que, aprovechando que estaba mareada y con la cabeza gacha, según el escrito de la Fiscalía, cogió a la joven de los pelos y le obligó a realizarle una felación. Al mismo tiempo este le decía, tal y como refleja el Ministerio Público, "chúpamela, son solo dos minutos hasta que me corra". La chica disimuló que iba a vomitar, "para evitar que consumara el acto sexual", refleja el escrito, de tal manera que logró así que el acusado se retirara.

Camino de la discoteca, señala la acusación particular, el supuesto autor de los hechos comenzó a tocarle los genitales a la joven por debajo de la falda. Ocasión ante el que ella reacciona volviendo a fingir vomitar, según su letrado. Una vez en las puertas del local, las amigas estaban esperándola "con gran preocupación", pues se habían percatado de que esta no estaba en el interior y que, encima, se había dejado el móvil después de haberse ido sin decir nada.

Hasta tal punto que, según el letrado, las amigas buscaron a la presunta víctima en las calles aledañas a la discoteca. Al verla llegar con el procesado, estas vieron, al parecer, que tenía la mirada perdida hasta tal punto de llegarse a "desmayarse, teniendo que reanimarla". Mientras, la joven les repetía que no la tocaran y que quería irse a su casa al tiempo que lloraba, según refleja la acusación particular. Tras esto, las amigas perdieron la pista del acusado, al que intentaron buscar en el interior del local.

Dávila Santana señala que la joven ha sido evaluada por dos psicólogas forenses, en cuyos análisis presenta secuelas de "trastorno de adaptación". Además, el letrado hace hincapié en que los hechos ocurrieron sin el consentimiento de la presunta víctima. El Ministerio Público, por su parte, señala que el procesado "cometió los hechos a sabiendas que estaba borracha, mareada, que no conocía la zona y sabiendo que no tenía el móvil para pedir ayuda".

El Fiscal acusa de esta manera al joven de un delito de abuso sexual, tipificado en el artículo 181.1 y 4 del Código Penal vigente. Además de los nueve años de prisión y de la indemnización pertinente, solicita que este no pueda acercarse a la presunta víctima en un radio de 500 metros ni contactar con ella durante ese tiempo; también deberá participar en programas de educación sexual.