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CRISIS DEL CORONAVIRUS Vuelta a las aulas

La capital, pionera en la adaptación de las escuelas infantiles tras la pandemia

El Ayuntamiento reabre seis de los 11 centros municipales con grupos de alumnos muy reducidos a modo de "experiencia piloto" de cara al próximo curso 2020/2021

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Desescalada en Canarias | Reabren las escuelas infantiles con grupos reducidos

Decenas de niños y niñas volvieron ayer a las aulas en Las Palmas de Gran Canaria después de estar tres meses y medio sin pisarlas por culpa de la pandemia de la Covid-19. La capital estrena así una experiencia piloto en el Archipiélago en la adaptación de las escuelas infantiles a la nueva normalidad. El Ayuntamiento ha adoptado un estricto protocolo con un doble objetivo, tal y como indicó la concejala de Educación, Lourdes Armas, mientras asistía a esta particular reapertura del curso. La idea sería, por un lado facilitar la conciliación familiar y laboral, y por otro, mantener las medidas de seguridad sanitarias y evitar así rebrotes del virus.

"Los alumnos se dividen en grupos burbuja con ratios muy por debajo de lo que marca la consejería de Educación del Gobierno de Canarias", señaló Armas a las puertas de la escuela infantil Pluto, en el barrio de La Feria. "Así podremos evaluarlos de cara al próximo curso, se trata de una experiencia pionera en las Islas cuya iniciativa ha tomado el Ayuntamiento", continuó explicando. De esta manera, tanto las normas de cada centro como la didáctica formativa a seguir se han adaptado a la nueva situación.

Lo cierto es que de los 11 centros que componen la red municipal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria tan solo abrieron ayer seis, pues algunos se han fusionado de manera temporal. La concejalía de Educación ha apostado por unas ratios de alumnos muy bajas, de tal manera que ahora tan solo han vuelto los menores de entre 0 y 3 años cuyos padres, madres o tutores legales no puedan conciliar la vida laboral y familiar si así lo requieren.

De esta manera, la escuela infantil Pluto recibió ayer a parte del alumnado de Pocahontas, situada junto al parque Juan Pablo II. En total, 38 pequeños volvieron a las aulas cuando, normalmente, tan solo el centro de La Feria suele acoger a entre 130 y 140 niños y niñas, según pudo detallar Paqui Alonso, su directora.

Padres y madres se han tenido que enfrentar a esta nueva normalidad desde primera hora de la mañana. Para empezar, a partir de ahora deben tomar la temperatura de los pequeños en sus casas antes de salir. Una vez en la puerta del centro, tendrán que dejarlos allí con las auxiliares, sin poder poner un pie en el interior de las instalaciones. Dentro, estarán distribuidos en grupos muy reducidos para garantizar el menor número de contactos entre ellos. De hecho, las estampas de niños y niñas en fila india sujetos de los hombros por el patio del colegio quedan ya para el recuerdo.

En las verjas de cada centro una serie de paneles explicativos recuerdan los protocolos a seguir a partir de ahora, aunque, en las últimas semanas todas las familias han sido informadas por vía telefónica y correo electrónico, según detalló la concejala. Entre las nuevas exigencias, los pequeños no podrán traer de casa su chupa, su mantita para dormir la siesta o su juguete preferido.

Los propios padres y madres también deberán hacer un pequeño sacrificio. Al dejar a los niños tendrán que mantener entre ellos distancias de seguridad como mínimo de dos metros y con mascarillas puestas. Tampoco podrán besar, ni abrazar, ni estrechar la mano de otras familias ni del personal del centro educativo.

"Todas las familias han tenido que firmar un compromiso antes de traer a sus hijos", indicó Armas al tiempo que destacaba el esfuerzo colaborativo que están realizando. De hecho, en el patio estaban distribuidas algunas de las cajas con objetos personales de cada menor. Principalmente, toallitas húmedas, baberos desechables, una muda de ropa limpia, zapatos y pañales, todo en bolsas herméticas pues las mochilas no están permitidas. "Una vez lo hayan traído ya no podrán llevárselo", señaló Alonso junto a la directora del Pocahontas, Eva Molera.

Las aulas tendrán un bajo número de alumnos. En el caso de los bebés, solo podrá haber cinco; en las clases de entre 1 y 2 años, habrá hasta seis; y, por último, ocho en las de 2 a 3 años de edad. En el centro, cada uno de los grupos contarán con dos auxiliares que se distribuirán el cuidado de los pequeños a partes iguales en la medida de lo posible, señalan las directoras de los centros.

Al mismo tiempo, también se han establecido horarios de entrada y salida escalonados con esta misma distribución en tres turnos. De mayor a menor edad, los pequeños podrán acceder al centro entre las 8:15 y las 8:45 de la mañana. En sentido inverso, las familias podrán recogerlos entre las 14:00 y las 14:30 horas.

Auxiliares y, en general, personal del centro, también pasa a tener su propio protocolo de seguridad. De tal manera que los uniformes deberán lavarlos en el centro y no podrán llevárselos a casa. De hecho, el Consistorio ha realizado pruebas PCR a todos los trabajadores y trabajadoras de la red de escuelas infantiles municipales para evitar de primeras nuevos rebrotes del virus. "Todas han dado negativo", subrayó Armas.

Entre las normas a seguir, el Ayuntamiento también recomienda que los abuelos no lleven a sus nietos a los centros, especialmente si son mayores de 60 años. Lo cierto es que el virus ataca normalmente con mayor virulencia a estas personas, por lo que esta medida forma parte del protocolo para intentar evitar nuevos rebrotes en la capital grancanaria.

En caso de que el pequeño alcance una temperatura superior a los 37,3º las familias no podrán enviarlo al centro. Pero, el Ayuntamiento y la red de escuelas también han contemplado que los niños presenten síntomas en clase, aislándolos del resto. Todo con la intención de evitar bajo la medida de lo posible cualquier tipo de rebrote entre el alumnado. En este sentido, habrá auxiliares dedicadas exclusivamente a limpiar las aulas y otros espacios como el comedor una vez uno de los grupos los haya utilizado y antes de que sea reemplazado por otro.

"En general los he visto bastante bien, pensábamos que estarían más asustadizos, pero a excepción de alguno, se han portado de manera excelente", apuntó Alonso, en referencia a esta particular vuelta a las aulas. Un regreso "muy diferente" a la tradicional vuelta al cole de septiembre, afirmaron. Este es el gran reto que tienen por delante, pues todavía no ha quedado claro por parte de la Consejería de Educación del Ejecutivo autonómico cómo se realizará el inicio del próximo curso escolar 2020/2021.

Por el momento, las escuelas infantiles públicas de la capital retomarán las clases de 0 a 3 años dentro del calendario actual vigente. Es más, la idea ahora será reforzar las actividades al aire libre, más acordes al verano, explicaron, pero también para facilitar las medidas recomendadas por Educación y Sanidad con respecto a la propagación del coronavirus. Con todo, lo cierto es que las risas y las carreras han vuelto a resonar entre patios y pasillos. Una pequeña muestra de esta nueva normalidad tras más de tres meses en los que la sociedad canaria se vio completamente paralizada por la pandemia de la Covid-19.

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