La mujer atropellada por una guagua tropezó y cayó a la carretera

Una mujer de 57 años, identificada como Ángeles M. V. y de origen venezolano, falleció en la mañana de ayer después de ser atropellada por una guagua en una rotonda de Hoya Andrea, en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria. Los primeros indicios apuntaban a que la víctima pudo intentar cruzar en una zona prohibida y a escasos diez metros de un paso de peatones, pero fuentes municipales precisaron que testigos de lo ocurrido señalaron que se tropezó en la acera, cayó en la carretera y el chófer la arrolló al no percatarse de su presencia.

El accidente ocurrió a las 09.20 horas cuando la guagua circulaba por la calle Neptuno para incorporarse a la carretera GC-300, la antigua vía a Teror. El guagüero, que estaba atento a su izquierda para comprobar si venía otro vehículo, se introdujo en la rotonda y en ese momento se produjo el accidente. Ni el propio chófer ni los pasajeros tuvieron conocimiento de lo que había ocurrido. Fue otro conductor quien le alertó para que se detuviera.

Supuestamente, Ángeles M. V. caminaba en ese momento por la acera cuando accidentalmente se tropezó y cayó a la calzada justo cuando la guagua, que cubría la línea 45 entre Santa Catalina y Hoya Andrea, se incorporaba a la rotonda. Entonces se produjo el atropello. El propio chófer, al bajarse, comprobó que había arrollado a una persona, que había quedado en los bajos del transporte público.

Al lugar se trasladaron bomberos del parque central y los sanitarios en una ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC). Ni unos ni otros pudieron hacer nada por salvarle la vida a la víctima, quien falleció en el acto, según indicó el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 del Gobierno de Canarias.

Los bomberos tuvieron que permanecer más de una hora para liberar el cadáver, que había quedado atrapado. Por su parte, el médico atendió al chófer, quien sufrió una crisis de ansiedad por lo ocurrido.

Agentes de la Unidad de Tráfico y Unidad de Atestados de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, por su parte, se encargaron de regular el tráfico e iniciar una investigación para conocer lo ocurrido. Las primeras hipótesis apuntaban a que la mujer pudo intentar cruzar la GC-300 en una zona no permitida, que además se encontraba a pocos metros de un paso de peatones.

En cambio, las pesquisas permitieron determinar, gracias a la declaración de un testigo presencial de los hechos, que la fallecida se había precipitado a la calzada al sufrir un tropiezo y que el conductor de la guagua municipal no se había percatado de lo que había sucedido.