La nueva directriz del Gobierno de Canarias de impedir eventos de más de diez personas para frenar los contagios por coronavirus durante 15 días llegó ayer, domingo, a las iglesias y parroquias sin apenas haber dado tiempo al Obispado a comunicar a sus feligreses la nueva directriz, que se publicó el sábado en el Boletín Oficial de Canarias. Algunos parroquianos se encontraron con la noticia de que no podían acceder al templo al haber ya diez personas dentro por lo que la indignación se propagó pronto por las redes sociales. Agentes policiales desalojaron una de las misas en el Corazón de María que había superado el aforo, compartieron los grupos de feligreses en sus redes.

Como cualquier otro local, los centros de culto ya tenían el aforo controlado en función de su capacidad. Además de señalizado las medidas de distanciamiento en los bancos, las entradas y salidas por diferentes puntos y la disposición de gel hidroalcohólico a la entrada al templo. Los feligreses entran en las iglesias con mascarillas y se prohíbe también dar la mano a la hora de la paz. El vicario general de la Diócesis, Hipólito Cabrera, señaló ayer que la normativa había salido el sábado y que, aunque se había comunicado a las parroquias, no había dado tiempo material a divulgar el mensaje entre la feligresía dado que ayer era domingo por lo que cada parroquia había resuelto el asunto como había podido. "En algunas no se habrá celebrado misa y en otras habrán cumplido a rajatabla", indicó. La normativa afecta solo a Gran Canaria y Lanzarote, donde los casos de contagios se han elevado considerablemente. Y estará efectiva durante 15 días en las parroquias y comunidades religiosas, afectando a comuniones, bodas, bautizos, funerales y cualquier otra celebración.

Cabrera dijo, no obstante, no entender la resolución del gobierno dado que la Iglesia ha respetado al máximo las medidas de control sanitaria impuestas para evitar los contagios. Y se quejó de que la asistencia a misa era algo tan cotidiano entre los cristianos como para otros pueda ser coger la guagua o ir al supermercado por lo que no entendía la disposición de no poder estar más de diez personas juntas mientras en estos espacios sí era posible. El vicario general apuntó que había hecho la oportuna queja a la administración pública para que "repensará" la directriz.