"Estamos en la zona vip, lejos del barullo", señalaba Ana Sánchez desde su charco particular en la costa de San Cristóbal, en una zona conocida como Las Angustias. El reloj marcaba poco más de las tres de la tarde de este sábado y reinaban las típicas calmas de septiembre, por lo que la panza de burro había desaparecido momentáneamente del litoral de Las Palmas de Gran Canaria. Muchos aprovecharon para ir a la playa en busca de un respiro, hasta tal punto que en algunos rincones del litoral las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de la Covid-19 se respetaban de manera "dudosa".

"Yo soy nacida y criada aquí mismo, vengo todos los días porque estoy a mi aire", indicaba Sánchez mientras se acomodaba entre piedra y piedra. "En la playa del puertillo no se puede estar", sentenciaba. Y es que muchos vecinos del Cono Sur de la capital grancanaria deciden pasar los días de calor en el litoral de San Cristóbal y en la playa de La Laja, en lugar de trasladarse a otras zonas de la ciudad. Pero las reducidas dimensiones del arenal del barrio marinero hacen que este se llene desde temprano. "Ahora porque es la hora de comer, pero en otros momentos te ves montón de grupitos de jóvenes en el Muelle sin mascarillas ni nada", añadía por su parte Joan Orihuela, su cuñado.

"A nosotros nos gusta ir a La Laja, pero es imposible estar en las piscinas ahora con el covid, se junta demasiada gente, está saturada y nos ves policías", apuntó este vecino de Casablanca. "Otros años en esta zona [Las Angustias] no hay nadie, solo nosotros, pero este verano han estado acercándose varias familias porque saben que aquí hay más intimidad, están más retirados", añadió al respecto. Concretamente, esta pequeña playa de piedra se encuentra junto al solar donde hasta hace no muchos años se levantaba el almacén de Aguas San Roque.

"Muchos siguen sin respetar", sentenció. "Mi madre ha tenido que pedir una asistenta a los servicios sociales para que les ayude con la casa, porque a mí no me deja entrar desde hace un par de semanas al ser mi padre de riesgo", señalaba resignado Orihuela, y es que trabaja normalmente en la calle, por lo que considera que está expuesto a un posible contagio.

Lo cierto es que aunque se han endurecido las medidas anticovid en Gran Canaria ante la alarmante crecida del número de casos, la Policía Local de la capital ha seguido disolviendo aglomeraciones en distintos puntos de la ciudad. Sin ir muy lejos, ayer sábado los agentes tuvieron que intervenir en La Puntilla, en la playa de Las Canteras, para separar a grupo de más de 20 personas entre jóvenes y adultos sin mascarillas y sin guardar distancias de seguridad.

El litoral de San Cristóbal es uno de los pocos en los que el Ayuntamiento capitalino no ha impuesto restricciones en las últimas dos semanas. En la playa de Las Canteras, por ejemplo, está prohibido permanecer en la arena dos horas antes y dos después de la pleamar entre la calle Pizarro y el Auditorio, tampoco es posible estar bajo la pasarela de La Cícer; mientras, en Las Alcaraveneras, el Consistorio ha precintado el solarium junto al Muelle Deportivo.

José Manuel Santana y Soledad Santana son también vecinos de San Cristóbal, en su caso decidieron pasar la tarde en la zona de los caletones, donde reinan los callaos y a merced de las corrientes. "Los que somos de aquí estamos acostumbrados", apuntó él mientras la señora terminaba de comerse un polo junto a su nieta. "Mi hija aprendió aquí a nadar, es lo mejor para defenderse del mar", añadió.

Pero, entre los motivos por los que esta pareja escoge cada tarde esta parte de San Cristóbal para bañarse está la tranquilidad. "En La Puntilla [la playa a resguardo del puertillo del barrio marinero] a las 10 de la mañana el cupo ya está lleno", señaló riéndose Soledad. "De normal viene mucha gente, pero ahora con el virus ahí no se puede estar", indicaron ambos.

Desde la Policía Local de la capital grancanaria señalan que el Paseo de San Cristóbal está entre los lugares que normalmente patrullan "de manera rutinaria", aunque indican que no han tenido que actuar en estos últimos días de manera especial. Pero son varios los vecinos que ven esta actuación "insuficiente". "Los ves pasar, pero no controlan como deben", indicó la pareja de jubilados. "El domingo de la ola de calor llegamos a esta parte [los caletones] y tuvimos que dar la vuelta, porque no cabía nadie más", señaló Soledad por su parte. "Por las tardes y noches viene mucha juventud", añadió él.

No obstante, hay vecinos de San Cristóbal que afirman que la situación ha mejorado con el paso de las semanas y a medida que la presencia policial se ha ido incrementado. "Esto a finales de julio era un escándalo, pero ahora ya no se junta tanta gente y ves muchas más mascarillas", indicó Nicolás Santana Pulido mientras paseaba a sus dos perros por el barrio. "Estaban por aquí hasta las tantas sin control alguno y por culpa de esas cosas, de los botellones, ahora pagan los que se dedican al ocio nocturno", explicó y es que tiene familiares con un negocio del sector.

Este vecino de San Cristóbal afirmó que los propietarios del local de ocio nocturno que regenta su familia ya les han avisado de un posible desahucio. "El Gobierno no ha protegido como debía a estas personas, a hecho cosas tarde y luego la gente hacía lo que le daba la gana", apuntó. Aún así, aseguró que con el paso de las semanas los controles han aumentado en el barrio marinero. "Ayer por la tarde [el viernes] un policía de paisano multó a tres por no llevar mascarilla", señaló.

No obstante, a pesar de que algunos vecinos denuncian las aglomeraciones que se forman en el entorno de la playa de La Puntilla, la única con arena de San Cristóbal, o en el muelle pesquero, hay quien se decanta por pasar el día en esta zona del litoral por la mayor tranquilidad frente a otras partes de la ciudad. Es el caso de Germán Rodríguez y Hortensia Jiménez, vecinos de Escaleritas.

Esta pareja pasó el sábado en el barrio marinero y tras comer una paella y un poco de salpicón decidieron dar un paseo con su perro junto a la playa de callaos, a pesar de haber marea alta. "Esto es más tranquilo, se puede ir bien, a Las Canteras no queremos ir porque está muy masificado", señaló Rodríguez. "En general mantienen las distancias", añadieron ambos. Y es que lejos de las aglomeraciones que se han visto en otras partes de la capital, hay quien busca un respiro en San Cristóbal.