La espiral no estaba hecha para Triana, pero parece que hubiera nacido aquí". Martín Chirino mira emocionado el trozo de cielo azul que aparece entre los brazos de bronce de la enorme escultura situada a la entrada a la calle comercial. El escultor no oculta su deseo de que al menos su gran espiral, de unos cinco metros de altura, no se marche el 15 de julio, sino que se mantenga permanentemente en el corazón de la ciudad.

Bajo el cobijo de la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria 2016, Chirino ha podido por primera vez reunir varias de sus obras al aire libre en una exposición inaugurada el pasado viernes. Ayer por la tarde disfrutó de un paseo por Triana en el que a cada paso era saludado por amigos o admiradores que se fotografiaban con él o le pedían un autógrafo que el artista, cómo no, plasmaba en forma de una de sus conocidas espirales.

"La escala ha crecido y es importante. El significado cambia al instalar las obras a pie de calle. Ahora hay ciertas características que se pueden apreciar mejor. Están más en su jugo", comenta observando al Pensador, una de las cuatro esculturas que hasta ahora estaban dispersas por la isla y que aportan otro aire a esta zona comercial.

A su paso, la gente se fotografiaba con las obras o se cobijaban debajo, como sucede con el Pensador y su cuerpo en forma de pez. "Las personas se emocionan al verlas y les gusta hacer observaciones", dice Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925). Por el momento la exposición se mantendrá hasta el próximo 15 de julio, aunque si la ciudad logra ser Capital Europea de la Cultura 2016, se quedará más tiempo.

"La espiral ha encontrado su espacio en Triana, parece que siempre ha estado ahí", confiesa ilusionado el artista canario ante una obra que iba a medir 10 metros, pero que se quedó en la mitad. Una escultura que hasta hace una semana se podía ver de pasada en una rotonda en Barranco Seco y ahora arranca admiraciones multitudinarias. "Se puede hacer una pequeña plaza a la entrada de Triana presidida por la escultura porque esta es realmente la puerta principal. Parece que la espiral está dando la bienvenida al visitante", señala.

Las cuatro obras pertenecen a instituciones públicas y privadas que las han cedido al Ayuntamiento de la capital grancanaria para la ocasión. Mientras que la más alta de las esculturas, de ocho toneladas, da la bienvenida en un extremo de Triana, justo en el otro lado de la Calle Mayor, el Pensador cierra los ojos y reflexiona ante la mirada de miles de ciudadanos.