A primera hora de la mañana de ayer llegaba Antonio Montesdeoca en un furgón del Cuerpo Nacional de Policía a las instalaciones de los juzgados situados en Granadera Canaria, en la capital grancanaria. Por delante le esperaba una jornada maratoniana, que se alargaría durante casi 12 horas en las que permaneció en los calabozos, hasta que la juez encargada del caso, sobre las 22.00 horas, lo puso finalmente en libertad provisional, aunque imputado por dos supuestos delitos de abuso sexual a menores.

El acusado fue el primero en declarar ante la magistrada Victoria Rosell, que lleva la instrucción de los dos presuntos delitos. Lo hizo a primera hora de la tarde, a pesar de que se encontraba en el lugar desde la mañana. Por un plazo de una hora, Monstesdeoca negó los hechos ante la juez y el fiscal Miguel Pallarés.

Sobre las cinco de la tarde, la magistrada abandonaba las instalaciones para regresar una hora después e interrogar a las dos menores que supuestamente han sido víctimas de abusos sexuales por parte de Antonio Montesdeoca.

Una decena de profesionales de los medios de comunicación esperaban en las puertas de los juzgados la salida del acusado. Sin embargo, mientras caía el sol por las laderas de la capital grancanaria y el frío se intensificaba, el interior del edificio de Granadera Canaria parecía desierto y el mutismo era absoluto.

A las 22.00 horas, Rosell abandonaba el lugar en su ve-hículo particular, aunque nada se sabía del presidente del AD Siete Palmas, quien, no se sabe si en un vehículo camuflado o por la puerta del Decanato, abandonó con su abogada el lugar sin que nadie lo viera.