El Buque de Acción Marítima (BAM) Tornado ha regresado a su base en la capital grancanaria tras dos meses de vigilancia en la costa occidental africana y en el Golfo de Guinea, en donde se enfrentó a situaciones de piratería y tráfico de personas.
Sobre las 8.00 horas arribó al Arsenal de Las Palmas el buque con la dotación de 65 personas conformada por la tripulación, un equipo del Tercio de la Armada y la Unidad de Buceo de Canarias. Al mando estuvo el capitán de Corbeta Alberto Sánchez Expósito, el cual detalló que su actuación estuvo encuadrada dentro de las misiones que mantiene de forma permanente las Fuerzas Armadas bajo el mando de operaciones. Básicamente, comentó el capitán, se encargaron de vigilar los espacios de soberanía y en las regiones de interés como la son la costa occidental africana y el golfo de Guinea y, además, realizaron “actividades de formación para las marinas ribereñas, con la finalidad de que puedan ser capaces de aportar seguridad con sus propios medios”, añadió Sánchez.
“Como tercera misión, aportamos apoyo a las delegaciones diplomáticas para incrementar la presencia y darle visibilidad a la acción exterior del Estado”, apuntó el capitán, al tiempo que explicó que esta región tiene “escasa seguridad marítima”, por lo que se han visto enfrentados a situaciones de piratería, que “ha tenido un repunte en la zona del delta del Níger”, así como en el tráfico ilegal de personas hacia las costas de Canarias.
En concreto el capitán del Tornado explicó que las actuaciones que realizaron respecto a la piratería han sido en una zona “muy amplia” en la que han tenido constancia de 11 eventos de este tipo, “pero ninguno en las inmediaciones del buque, por lo que prestamos apoyo en dos de estos después de que ocurrieran los hechos”, resaltó Sánchez. También realizaron siete visitas “amistosas” e interrogaron a más de 45 buques en el golfo de Guinea.
Respecto al tráfico ilegal de personas, comentó que se encontraron con dos situaciones en las que ha primado la coordinación y cooperación con los centros marítimos regionales del área. En Senegal han prestado mayor atención, ya “que es una ruta que está en auge”, donde se presentaron dos eventos en los “que, al notificar a las autoridades, estas han activado medios y tomado acción contra esto. Ellos están concienciados, pero les hace falta coordinación y apoyo en la zona”, matizó.
Por su parte, el capitán de fragata, comandante de las unidades de la Fuerza de Acción Marítima y jefe del Tornado, José Ángel Hernández, felicitó a la tripulación por su actuación durante estos 61 días, en los que tuvieron “la oportunidad de realizar el rescate de náufragos. Las personas que han recogido en el mar siguen con vida gracias a que ustedes estaban allí”, enfatizó Hernández.
Asimismo, el buque efectuó, en sus casi 10.000 millas navegadas, escalas en los puertos de Dakar, en Senegal; Tema (Ghana) y Nuadibú (Mauritania). Esto con el fin de ofrecer un apoyo a las marinas de estos tres países ribereños, que consistió en adiestrar a 250 militares. “La presencia de ustedes ha servido para mostrar el pabellón español en una zona en la que tenemos intereses que proteger, con actividades que generan confianza y respeto hacia la Armada española y hacia nuestra nación”, sentenció el comandante, al tiempo que explicaba que debido a la pandemia por coronavirus han tenido que “hacer un esfuerzo extra” para poder terminar el año con una presencia, aunque fuera reducida, en estas zonas.
UN ATíPICO RECIBIMIENTO
La tripulación ha tenido el recibimiento por parte de los componentes del Arsenal, pero no el de sus familiares, como es costumbre, debido a la crisis sanitaria. En este sentido, el jefe del buque ha trasladado su “gratitud” a las familias por soportar con comprensión y paciencia la ausencia de esta dotación. “Sé que les hubiese gustado verlos en el muelle y bajar a abrazarlos, pero ya queda poco para ese momento, tanto para los canarios, como los que vienen de la Península”, apuntó Hernández. Asimismo, anunció que el Tornado pasa a la condición de buque cerrado para dar descanso al equipo. “No bajen la guardia contra el virus”, concluyó el jefe del barco.
