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Urbanismo | La transformación de un barrio histórico

El antiguo Arenales está a la venta

Los carteles de “se vende” y los anuncios de nuevas promociones inmobiliarias se han multiplicado en los últimos años en un barrio que es víctima de la piqueta

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Viviendas en venta en la zona de Molino de Viento Juan Carlos Castro

Un cartel en la puerta del número 22 de la calle Castrillo de Las Palmas de Gran Canaria lo dejo bien claro: “Estas casas no se venden ¡coño!”. El portal tiene poco más de un metro de ancho y está encajonado entre dos edificios, de tres y cuatro alturas respectivamente, que cierran el paso a una vivienda situada en el interior de la manzana, al final de un pasaje; un tipo de edificación muy común en la ciudad a principios del siglo XX. Pero la realidad del viejo Arenales es bien distinta. La presión inmobiliaria ha crecido en los últimos años de manera paulatina, por lo que los carteles de “se vende” y los anuncios de nuevas promociones se han multiplicado entre las construcciones más antiguas de calles como Molino de Viento o Suárez Naranjo. Mientras, la piqueta avanza, poco a poco.

“Lo preocupante es que se está perdiendo la tipología tradicional del barrio”, señala el arquitecto Jaime Santana, miembro del colectivo Arquypiélago Canarias. “Es una cuestión de paisaje urbano”, continúa, “las calles fueron diseñadas en su momento para albergar casas terreras, no edificios altos”. La sustitución de las antiguas construcciones de tan solo una o dos plantas por edificios de hasta cuatro alturas ha propiciado calles más oscuras, pues estas son más bien estrechas, explica el experto. “Esto hace que las calles sean solo un lugar de paso, donde predomina el coche”, apunta.

El antiguo Arenales está a la venta

Arenales nació en la segunda mitad del siglo XIX tras el derribo de la muralla norte de la capital, que discurría por la actual calle Bravo Murillo. Los más humildes se instalaron entonces en las parcelas al norte de la plaza de la Feria, a modo de ensanche obrero. Las viviendas eran de una sola planta, conocidas como casas terreras. Estas se caracterizaban por tener una tipología estrecha y alargada, con amplios patios en torno a los cuales se distribuían una serie de habitaciones, que en numerosas ocasiones se alquilaban a diferentes familias.

Este tipo de construcción popular carece de valor arquitectónico por su sencillez, aunque existen algunos ejemplos en el barrio de viviendas modernistas o de estilos eclécticos. Por este motivo, en el sector delimitado por Tomás Morales, Jerónimo Falcón, León y Castillo y Paseo de Lugo apenas existen edificaciones protegidas por parte del Ayuntamiento, ni tan siquiera las fachadas.

La ausencia de una de legislación municipal que impida el derribo y la situación del barrio en una zona céntrica de la ciudad -a medio camino entre Triana y el Puerto- convierte estas parcelas en sumamente atractivas para las constructoras. Aún así, Santana destaca que la reconversión urbanística ha llegado más tarde al barrio de Arenales que a otras zonas de la capital. “La presencia de la prostitución y otras actividades marginales en calles como Molino de Viento, entre otras, explicaría esto”, apunta el arquitecto. Pero la presión inmobiliaria ha ido llegando, poco a poco, casi al mismo tiempo que se han producido ido cerrando casas de alterne.

“Se está perdiendo la tipología urbana del barrio, es una cuestión de paisaje” señala Santana

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El antiguo Arenales está a la venta

Molino de Viento es, con gran diferencia, la calle de Arenales que más casas terreras conserva en todo su trazado. Y lo cierto es que buena parte de estas siguen albergando actividades ilícitas en la actualidad. Pero la situación ha comenzado a cambiar en los últimos cinco años, señala Santana. Basta con mirar en el portal web inmobiliario Idealistas para ver anuncios de viviendas populares en los que se especifica que la normativa permite construir en su lugar un edificio de uso residencial de cuatro plantas, con planta baja dedicada a local o garaje. Casas de 90 metros cuadrados que hasta hace dos años eran prostíbulos y hoy se venden a 120.000 euros -a 1.300 euros el metro cuadrado-.

Precisamente, en el tramo más cercano a la plaza de la Feria de Molino de Viento, los vecinos se han despertado estos días prácticamente con el sonido de la piqueta. Los obreros han comenzado a tirar el interior de un grupo de cuatro casas terreras, abandonadas hace años. La idea será levantar allí una promoción de viviendas repartidas en cuatro plantas.

En los últimos dos años han aparecido nuevos solares en Molino de Viento, Suárez Naranjo, Matías Padrón o Carvajal, “el barrio está medio vacío”, apunta Santana. Se trata de parcelas que antes estaban ocupadas por casas terreras. En algunos de estos solares han comenzado ya a construirse nuevas promociones. Mientras, en los inmuebles históricos que todavía siguen en pie predominan los carteles de “se vende”. En algunos casos, el propietario ha optado por especificar los metros cuadrados de la parcela, en otros por escribir la palabra “solar” en mayúsculas, aunque el edificio del anuncio todavía siga en pie.

Los solares se han multiplicado en calles de Arenales donde antes había casas terreras

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Una de esas casas terreras con el cartel de “se vende” está en la esquina de Matías Padrón con Castrillo. La situación de este inmueble es el perfecto ejemplo de la mayor parte de las antiguas viviendas del barrio de Arenales. “Alguno ha llamado para reformar, pero la mayoría han sido inmobiliarias y constructoras”, señala una de las propietarias con la que ha podido contactar este periódico. “Antes de la crisis de 2008 estuvimos a punto de venderla a una empresa, pero faltó la firma de uno de los herederos”, explica. Justo ahí -en las herencias- es donde radica un problema común a la mayoría las construcciones antiguas del barrio, el cual termina por alargar la agonía de estas.

Esta vivienda, de 150 metros cuadrados, llegó a tener una tienda de aceite y vinagre, explica la propietaria. Muchas de estas antiguas casas presentan aún los carteles desvencijados de pequeños negocios que llevan cerrados años, caso de la Charcutería La Luz, en Pamochamoso con Matías Padrón, también en venta. “Se ha perdido la vida de barrio”, denuncia Santana. Y es que la transformación de la zona ha propiciado la presencia de calles “oscuras”, donde la ausencia de vida acrecienta “la sensación de falta de seguridad”, señala el arquitecto.

Santana asegura que más allá de proteger las casas antiguas hay que buscar la manera de devolver la vida a las calles. “Ahora no son acogedoras como lo eran antes, los niños no pueden salir a jugar o los mayores a pasear sin problemas”, señala. “El Ayuntamiento debería apostar por la peatonalización de algunas calles y propiciar que sean un punto de encuentro, ahora mismo los vecinos no nos conocemos”, explica.

“El barrio se había conservado mejor que otros por la prostitución”, indica el arquitecto

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“Hasta ahora el barrio se había conservado en parte por la marginalidad, en el boom inmobiliario la transformación urbanística fue más rápida en otras zonas”, indica Santana, “pero ahora está siendo escalonado”, puntualiza. Reconoce que se podrían proteger algunas manzanas o ejemplos de construcciones obreras, “no solo se debería conservar lo más elitista de la ciudad”, destaca. De hecho, según detalla Fernando Martín Galán en su libro Las Palmas Ciudad y Puerto, las fincas de esta parte de Arenales se urbanizaron entre 1890 y 1907 para la clase obrera, por lo que la mayor parte de las casas terreras del barrio son ya más que centenarias.

Santana y su equipo están promoviendo el desarrollo de un barrio “más amable” y “acogedor”. Para ello, pone de ejemplo el proyecto de súper manzana que ya está estudiando el Ayuntamiento para Alcaravaneras y La Isleta; pues, a su juicio, Arenales sería un lugar “perfecto” para ello como contrapunto de la expansión y transformación urbanística que está viviendo la zona.El barrio capitalino de Arenales está sufriendo una profunda transformación urbanística. En la foto superior un grupo de cuatro terreras en Molino de Viento que están siendo derribada estos días. Debajo, casas en venta o abandonadas en Matías Padrón y Suárez Naranjo; edificio centenario en venta en Molino de Viento; y, a la izquierda, conjunto de casas típicas de la zona. |

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