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La inauguración de la Fuente Luminosa

La Plaza se abrió dentro de los actos por la visita de los príncipes Juan Carlos y Sofía en 1973 | Tal como la definían, sería un verdadero “concierto en colores y figuras”

La inauguración de la Fuente Luminosa

El 7 de marzo de 1973, a las nueve y cuarto de la noche y dentro de los actos programados con motivo de la visita de los Príncipes Juan Carlos y Sofía con sus hijos a Canarias, se inauguraba la Fuente Luminosa de Las Palmas de Gran Canaria

Un acuerdo adoptado por el Consejo Directivo de la Caja Insular de Ahorros del día 6 de diciembre de 1968 lo hizo posible; ya que la entidad donaría los 11 millones que pesetas que costaría la misma, pagando el Ayuntamiento los 17 millones que costó el resto de la planificación como espacio público de la Plaza y jardines, que llevarían el nombre de la Caja y ocuparían la zona entre la Avenida Marítima del Norte y la trasera de la Comandancia General de Marina.

La denominada entonces “Monumental Fuente Luminosa” ocupaba una superficie total con la plaza de 10.000 metros cuadrados, de los que seis mil eran el pavimento y los cuatro mil restantes, la zona ajardinada

EI Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, presidido por entonces por el alcalde Jesús Pérez Alonso también llegó movido por el gesto de la Caja a una inversión mayor de la planificada en un primer momento y además del pavimento y los jardines, edificó al respaldo de la Comandancia y flanqueando el lateral oeste de la fuente, una cascada que culminaba la obra de la fuente. Tal como la definían, sería un verdadero “concierto en colores y figuras” que dispondría de una variada gama de formas diferentes, tales como cestas, palmeras, parábolas, masas en pulverización y otras. Para que las formas del agua se vieran con nitidez, era preciso que la velocidad del viento no sobrepasara los diez kilómetros por hora, aunque el ideal para no deformar las masas de agua en pulverización era de unos cinco kilómetros a la hora, siendo así el color obtenido completamente limpio.

La Fuente Luminosa prometía. Chorros de agua que se elevarían a más de 30 metros de altura, juegos entre los distintos surtidores, música, colores. Un atractivo para la ciudad que se expandía hacia el mar donde algunos querían crear un litoral hermoso.

El proyecto del ingeniero Emilio Carretero Alba pretendía que la fuente se contemplara “andando por su perímetro, el cual estará parcialmente cerrado por jardinería vertical a modo de una reja, toda vez que el elemento vertical es la araucaria excelsa y el tapizante el clavel de sol”.

Y en 1973 se inauguraba en un proceso de afianzamiento de la capital isleña como auténtico foco de atracción turística frente al sur que ya arrasaba por entonces. El acto culminó con el pasodoble “Islas Canarias” del maestro Tarridas.

Transcurridas dos décadas, el cinco de mayo de 1995 la fuente -ya bastante deteriorada- se transformaba en cibernética de la mano del mismo ingeniero que la creó.

Tal como dejó constancia Michel Jorge Millares con “un espectáculo luminoso, musical, acuático y repleto de colorido que congregó a varios miles de ciudadanos provocando un atasco en ambas direcciones de la Avenida Marítima… la nueva fuente cuenta con cincuenta circuitos hidráulicos diferenciados, quince para la luz y el color, y sesenta colores, quese corresponden con las sesenta notas musicales”.

Pese a ello y tras otras muchas vicisitudes la Fuente Luminosa de Las Palmas vuelve a reclamar intervenciones. Una más para el futuro cambiante y retador que el Covid va a dejar a su paso.

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