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Una calle para el visionario del Puerto

La vía que recorre la zona de expansión en La Esfinge muestra desde ayer el nombre de Germán Suárez Domínguez | Familiares y allegados participan en la inauguración

Una calle para Germán Suárez Domínguez en el Puerto de Las Palmas. LP/DLP

A lo largo de su dilatada trayectoria, Germán Suárez Domínguez adelantó tendencias que con el paso de los años acabaron convertidas en pilares del desarrollo del Puerto de Las Palmas. El presidente de Astican y otras empresas vinculadas a la actividad portuaria hasta su fallecimiento en mayo de 2019 supo anticipar el porvenir del recinto capitalino y ahora pasa a formar parte de su futuro: desde este jueves, la calle que recorre la zona de expansión de la dársena de África recuerda al empresario que comenzó como botones en una naviera cuando aún era adolescente y llegó a presidir un grupo de empresas que dan trabajo a más de 2.000 personas.

El descubrimiento de la placa tuvo lugar durante un acto íntimo en el que solo participaron familiares y allegados de Suárez Domínguez junto a directivos de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, cuyo consejo de administración había ratificado la nueva denominación para la calle el pasado diciembre. Entre otros, estuvieron presentes su viuda, Mari Luz Calvo; su hermana, Natividad Suárez Domínguez, y sus hijos Germán y Ana Suárez Calvo.

Inauguración de la calle Germán Suárez Calvo. LP/DLP

El presidente de los Puertos de Las Palmas, Luis Ibarra, destacó el papel desempeñado por el empresario en la modernización de La Luz durante el último medio siglo: «Su pericia empresarial fue una de las claves que permitieron el desarrollo del antiguo Puerto de Las Palmas y su transformación hacia el referente que es hoy en el Atlántico Medio», recordó.

La nueva terminal de vehículos de La Luz y el Punto de Inspección Fronteriza tendrán su domicilio en ella

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La elección de quien fuera presidente de Astican para denominar esta calle «pone en valor su legado», según indicó ayer la Autoridad Portuaria. El hombre que hace más de 20 años supo que el futuro de su sector pasaba por la diversificación da nombre a partir de ahora a una vía crucial para la implantación de nuevas actividades en el mismo Puerto por el que tanto trabajó. La terminal para 6.000 vehículos o el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF), entre otras infraestructuras, tendrán su domicilio en la calle Germán Suárez Domínguez, que además discurre en paralelo a la zona de reparaciones navales, la industria en la que acabó convertido en referente no solo en las Islas, sino en el ámbito portuario español tras la adquisición de Astilleros de Santander.

Una vida en el Puerto

La vida de Germán Suárez Domínguez estuvo vinculada al Puerto desde su juventud. Con 16 años entró a trabajar como botones en la empresa Marítima Vasco Canaria, que por entonces gestionaba buena parte de los tráficos fruteros del Puerto. De allí pasó a otra importante compañía de La Luz en el momento, Frucasa, crucial para la actividad pesquera y de exportación hortofrutícola. En esta consignataria llegó a ocupar el puesto de operaciones, aunque su gran salto aún estaba por llegar.

Con 32 años creó Consignaciones Italmar junto a sus socios griegos y unos años más tarde afrontó la compra de Astilleros Canarios, que por entonces se encontraba bajo el paraguas público. Suárez Domínguez no solo logró reconducir la marcha de la atarazana; también aseguró su rumbo buscando nuevos nichos de mercado en sectores por los que hasta entonces nadie se había interesado.

Una calle para el visionario del Puerto

Astican fue pionera atrayendo empresas del sector petrolero offshore a Las Palmas. El equipo comandado por el empresario convenció a un sector marcado por un alto nivel de calidad de que el recinto capitalino era el lugar perfecto donde reparar sus plataformas. A la postre, aquella decisión estratégica permitió al sector de reparaciones navales sortear la crisis de las flotas pesqueras y sentar las bases para otros negocios que ahora ven la luz, como el ensamblaje de estructuras flotantes para la generación de energía eólica en alta mar.

Suárez González, que diversificó sus inversiones en sectores como el turismo, las tecnologías de la información o el transporte aéreo, también fue un hombre de fuerte compromiso social y espíritu popular. Colaboró durante toda su vida con distintas organizaciones sociales e instituciones culturales del Archipiélago, aunque más allá de las vallas del Puerto su figura sigue siendo muy recordada por la afición de la Unión Deportiva Las Palmas, club del que llegó a ser presidente en la década de 1990.

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