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Viaje a las entrañas del Reina Sofía

Cada uno de los siete cajones de la ampliación del muelle requiere 32.000 metros cúbicos de rellenos | Los materiales proceden de La Isleta y otras obras de la Isla

| LP/DLP

El camión llega, descarga y se va. Lo hace una vez, dos, diez... y hasta 3.200 ocasiones en las que recorre las infinitas rectas del muelle Reina Sofía realizando viajes de ida y vuelta para verter el material de relleno en la última ampliación del Puerto de Las Palmas. El principal dique del recinto capitalino ha ganado algo más de 400 metros de longitud con la colocación de los siete cajones que componen el alargue, pero la mitad de estas estructuras aún son grandes piezas huecas de hormigón que pueden acabar desplazadas si algún temporal azota con fuerza la capital. La Autoridad Portuaria y la empresa constructora estudian la previsión meteorológica durante estas semanas con más atención que nunca, a la espera de que las olas permitan continuar adelante con las obras, mientras continúan con los acopios de materiales y la ejecución de diversos trabajos paralelos.

Completar cada cajón puede suponer unas dos semanas de trasiego para los camiones

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Las magnitudes que se manejan en esta obra dan una idea de su importancia. Los cajones -los mayores construidos hasta ahora en la historia del Puerto de Las Palmas- están compuestos por 65 huecos con lados de cuatro metros y una profundidad de otros 28, lo que supone unos 32.000 metros cúbicos de rellenos en cada pieza, según apunta la jefa del Departamento de Infraestructuras de la Autoridad Portuaria, Antonia Bordón. Completar cada uno de los cajones puede suponer dos semanas de trasiego para los camiones, aunque las entrañas del muelle no admiten cualquier material. Antes del volcado es necesario seleccionar el tipo de áridos que aportan estabilidad, lo que se logra a través del peso: como mínimo deben tener 1,8 toneladas por metro cúbico.

Viaje a las entrañas del Reina Sofía | LP/DLP

Todos los áridos necesarios para los rellenos portuarios -en cualquier ampliación de muelles o explanadas, no solo en esta- deben proceder de materiales de primera obra, ya sea de excavaciones propias o procedentes de otras construcciones que se estén ejecutando en la Isla. Bordón especifica que entre ellos «no hay ningún escombro»: los restos de demoliciones no cuentan con la calidad suficiente, porque suelen estar compuestos por materiales de distinta tipología -y procedencia en ocasiones desconocida- que no aportan las garantías que tiene el producto homogéneo de primera mano.

Casi todos los materiales para los rellenos llegan de los excedentes de otras obras en la Isla

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Tierras

Una parte de los materiales utilizados durante esta ampliación del Reina Sofía llega de los desmontes que la Autoridad Portuaria ha realizado durante las últimas décadas al norte del área logística de La Isleta, cerca de la Zona Franca. Este espacio, con más de 100.000 metros cuadrados, será ocupado en los próximos años por la ampliación de la terminal de combustibles de Oryx y otras empresas -el Consejo de Administración comenzó en diciembre la modificación de su plan parcial para poder acometer el diseño de la trama urbana que atravesará este espacio-, pero antes de que el Puerto crezca hacia el norte es necesario nivelar las explanadas.

Viaje a las entrañas del Reina Sofía

Las tierras procedentes del lugar donde hoy se encuentran los tanques de la petrolera y los almacenes Rhenus Logistics han servido durante las últimas dos décadas para dar forma a gran parte de la dársena de África -tanto el muelle Nelson Mandela como las explanadas interiores- y ahora ocurrirá lo mismo con esta nueva expansión hacia el norte del entramado urbano del Puerto. En cualquier caso, solo una pequeña fracción de todos los rellenos granulares para los cajones del Reina Sofía proceden de La Isleta, ya que varias capas del terreno están compuestas por materiales apiconados que «tienen baja densidad», según indica Araceli López, técnica de la División de Control de Obras de los Puertos de Las Palmas.

El Puerto solo cuenta con áridos suficientes para acometer una parte de sus próximas ampliaciones

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Los materiales pétreos útiles para otras fases de las obras marítimas, como las piedras de grandes dimensiones necesarias para construir las banquetas sobre las que quedan depositados los cajones, también comienzan a escasear en las instalaciones de La Isleta. Bordón estima que hay suficientes como para ejecutar los primeros 200 metros del alargue del Nelson Mandela que la Autoridad Portuaria prevé acometer a lo largo de los próximos años, aunque para completar el muelle en toda su longitud, en profundidades que requerirán un lecho de hasta 20 metros bajo el agua, será necesario buscarlas fuera. Sin materiales cercanos «las obras saldrán diez veces más caras por el movimiento de tierras», advierte.

Acopio de materiales

La mayoría de los materiales para el relleno de los cajones del Reina Sofía tienen origen en el exterior del Puerto y son excedentes de otros proyectos urbanísticos o de infraestructuras que se ejecutan en estos momentos en la Isla. Mientras llega el momento de volcarlos quedan almacenados, pero separados según sus características, en una de las explanadas ubicadas en la zona de expansión de la dársena de África, justo en el arranque del muelle Reina Sofía.

Viaje a las entrañas del Reina Sofía

Allí permanecen los materiales que han llegado al Puerto durante la última semana. Con las olas pasando por encima de los cajones en los muchos momentos de mala mar de estos días, el relleno de materiales ha parado temporalmente. Aun así, en la obra se continúa trabajando a buen ritmo. En el antiguo extremo sur del Reina Sofía ya están preparadas otras piezas clave para el avance de la obra que serán instaladas pronto, como las 319 losas de hormigón que, una vez en el agua, irán colocadas en la cara interior del muelle para evitar que las hélices de los barcos descalcen la banqueta.

Los primeros buques se podrán recibir en el nuevo espacio en noviembre o diciembre próximos

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También tienen listas las zapatas para el espaldón, que irán colocadas bajo el mar en la cara externa del dique como base para el gran muro que lo protegerá de las corrientes, aunque todos esos trabajos aún tendrán que esperar. «La obra marítima es muy lineal, hay que acabar una cosa para empezar otra», recuerda Bordón. Pese a estos inconvenientes, la ampliación del Reina Sofía mantiene por ahora su calendario y siempre que el alisio sea benevolente durante el verano, podrá recibir los primeros buques en noviembre o diciembre de este año.

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