Canarias será el refugio del segundo mayor velero del mundo a partir de este otoño. El Sea Cloud Spirit, nuevo emblema de los cruceros de lujo, recorrerá el Archipiélago a partir de noviembre con varias travesías que tendrán al Puerto de Las Palmas como base de operaciones. Esta espectacular bricbarca de 138 metros de eslora acaba de ser construida en unos astilleros de la ciudad gallega de Vigo, donde también recibe en estos momentos los últimos retoques antes de su viaje inaugural por Italia en septiembre. Tiene previsto quedarse en las Islas -donde permanecen desde hace más de un año sus ‘hermanos’, el Sea Cloud original y el Sea Cloud II- hasta marzo del próximo año.
Tiene 138 metros de eslora, cinco cubiertas y capacidad para 136 pasajeros
El Sea Cloud Spirit es obra del astillero vigués MetalShips & Docks, que ha dado forma a un exclusivo velero -su capacidad máxima es de 136 pasajeros, aunque las medidas de prevención contra el coronavirus limitarán aún más el pasaje total- con cinco cubiertas y más de 4.000 metros cuadrados de velamen. Los materiales escogidos para la decoración del crucero, como la madera de teca procedente de Birmania o los revestimientos en oro, representan un lujo de aires clásicos que es seña de identidad de Sea Cloud Cruises, la compañía alemana que cuatro décadas atrás adquirió el velero original de 1931 para convertirlo en un crucero.
Sea Cloud Cruises ya ha puesto a la venta más de 20 travesías por Canarias a partir del 24 de octubre con circuitos circulares que tendrán su base en el Puerto de Las Palmas y parada en todas las islas principales excepto El Hierro. La naviera ofrece paquetes de una semana adaptados a los gustos de sus clientes -unas travesías tienen un enfoque de turismo más activo, mientras otras están más centradas en la relajación o el descubrimiento de paisajes- que además se pueden combinar en viajes de catorce noches.
La suite del armador costará 16.000 euros durante el crucero de Navidad, que pasará por Madeira
Los precios para pasar unos días a todo lujo en el velero se sitúan en el rango más alto de los cruceros que navegan por el Archipiélago: una semana a bordo del Sea Cloud Spirit puede oscilar entre los 4.300 euros de un camarote exterior hasta los 16.000 que costará la denominada suite del armador en el viaje especial de Navidad, que incluye parada en el puerto madeirense de Funchal para recibir 2022 contemplando los tradicionales fuegos artificiales de la capital del archipiélago macaronésico.
Antes de volver al mar, la naviera ha puesto en marcha un protocolo contra el coronavirus que responde a las directrices establecidas por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Además de limitar los pasajeros a bordo -el número de tripulantes seguirá siendo el mismo-, el Sea Cloud Spirit contará con un equipo médico reforzado y ha eliminado el autoservicio en sus restaurantes. Las excursiones en tierra verán reducido el número de participantes, según advierte la naviera en el folleto de seguridad, aunque las medidas podrán modificarse en función de la evolución de la situación epidemiológica.
Barcos con mucha historia
A la espera de la llegada del Spirit, Sea Cloud mantiene posicionados en el muelle Santa Catalina norte sus otras dos naves desde el comienzo de la pandemia. El Sea Cloud original, convertido ya en parte del paisaje habitual del Puerto de La Luz, es un legendario bajel construido en 1931 y protagonista de varias páginas de la historia del siglo XX. Su primera propietaria fue la millonaria estadounidense Marjorie Merriweather Post, que lo usó primero como barco de vacaciones familiares y después como embajada flotante durante el tiempo en el que su segundo marido fue embajador de EE. UU. en la URSS, poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
El barco cambió de manos tras la contienda -en la que también fue intervenido y armado por el ejército estadounidense- y acabó siendo propiedad del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, cuyo hijo Ramfis lo utilizaba para dar grandes fiestas con estrellas de Hollywood. Tras el asesinato del sátrapa caribeño en 1961, su familia trató de sacar del país su cadáver embalsamado a bordo del buque, aunque fue interceptado en alta mar. El Sea Cloud vivió a partir de entonces dos décadas de decadencia, hasta que a finales de los años 70 comenzó a recuperar su esplendor.
