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Día del Pino | Playa de Las Canteras

Un baño en las mareas del Pino

Vecinos de la capital y otras zonas visitan Las Canteras para darse un chapuzón en sus aguas

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Marea baja en Las Canteras Andrés Cruz

Ayer coincidieron dos eventos que hacen que ir a Las Canteras sea casi obligatorio: la festividad de la Virgen del Pino y una de las mareas más bajas del año, algo que los grancanarios aprovecharon.

Cuando eran las ocho de la mañana ya había unas diez personas en Las Canteras listas para aprovechar las mareas del Pino. Algunas, como de costumbre, sólo entraron de forma rápida para echarse un chapuzón, mientras que otras se quedaban a disfrutar del paisaje y relajarse mientras observaban a los peces nadar en las aguas cristalinas de la joya de la capital, un evento que se hace más fácil cuando la marea está baja, como sucedió ayer a primera hora del día.

Es el caso de tres amigas que desde las siete ya estaban disfrutando del mar, y es que aseveraban que «el agua está muy buena, el que no la prueba no sabe lo que es», resaltó María del Carmen Pérez, quien camina todos los días junto a Isabel González desde La Minilla hasta Las Canteras para darse el primer baño de la mañana, ahí se encuentran casi siempre con Carmen Rodríguez, que es vecina de la zona. «No se puede pedir más, la playa está muy buena, divina. Quien no lo prueba no sabe lo bueno que es para relajarse el cuerpo», matizó Pérez, al tiempo que indicó que si es por ella pasa más de una hora dentro del mar pero se sale una vez que sus amigas lo deciden. «Tengo mucha energía después de que bañarme», apostilló entre risas.

El «truco» está en echarse un chapuzón una vez que llegan a la playa y así «evitan» pensar en el frío, además, una vez que se introducen en el agua «no dan ganas de salir», por lo que también se bañan durante el invierno. «Sólo Dios o una enfermedad podrá evitar que me meta en el mar», recalcó Pérez.

Tres amigas utilizan a la joya capitalina como punto de encuentro para darse un baño de agua salada matutino

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El atractivo de la mañana fue La Barra. Y es que al estar la marea baja era de fácil acceso para los bañistas, por lo que Yurena Santana y Sonia García acudieron junto a sus hijos para que pudiesen ir por primera vez a conocerla. «Revisamos cuando había bajamar y al darnos cuenta que coincidía con la festividad de la Virgen del Pino organizamos todo para venir», sostuvo García mientras se metía en el agua. Otros que también aprovecharon el festivo y la marea baja para acudir a La Barra fue la pareja conformada por Ramón Checa y Dania Ruman quienes suelen mirar mediante una aplicación que informa sobre el estado de la playa para así acudir justo cuando haya bajamar para poder bucear y disfrutar de la vida marina al tiempo que se sientan en el arrecife natural para descansar. «Solemos venir a primera hora porque es cuando hay poca gente con la finalidad de mirar los peces que están debajo de la roca de La Barra», relató Checa a la vez que matizó que estaba «sorprendido» porque no esperaba conseguir la marea «tan baja», aunque esto le facilitó aún más el acceso a las rocas.

«Nosotros venimos casi todos los días a echarnos el primer baño de la mañana porque ya es un hábito», matizó Emilia al tiempo que admitió que «el agua está muy fría pero sólo a la hora de entrar porque después no dan ganas de salir. La verdad es que es súper saludable». Eduardo, su compañero de baño, relató que no siempre las mareas del Pino han coincidido con el día de la virgen y es que explicó que en otros años se han dado incluso en agosto., algo que le consta porque vive en la zona y acude a Las Canteras diariamente.

Hay quienes vienen de lejos, como Teodoro Sánchez, un vecino de Cáceres, Extremadura, que se declara «fanático» de la joya capitalina, por lo que cada vez que puede viaja para darse un baño en ella. Además, su hijo se mudó a la Isla, donde formó una familia y tiene otro motivo por el que visitarla. «Madrugo para pasear por la playa porque me encanta. Esto es precioso, aquí pasé yo la luna de miel hace cuarenta años y ahora mi nieto también vive aquí», narró con emoción el bañista tras darse un baño en las aguas capitalinas en un día especial para los grancanarios.

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