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Ocio | Más horas para salir por la noche

El ocio de madrugada vuelve a la capital sin incidentes tras 18 meses cerrado

Los bares comienzan a recuperar facturación, aunque aún muy lejos del periodo previo a la pandemia | La Policía Local interviene en un botellón con menores

El ocio de madrugada vuelve a la capital sin incidentes tras 18 meses cerrado | ACFI PRESS/POLICÍA LOCAL

La primera noche de apertura hasta las cuatro de la mañana en el ocio nocturno se saldó sin incidentes en los bares de copas y discotecas de la ciudad, aunque la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria tuvo que intervenir en botellones localizados en lugares como Vegueta, Las Canteras o el polígono industrial Díaz Casanova. Los establecimientos que abrieron sus puertas -muchos han decidido retrasar su retorno a la actividad hasta las próximas semanas- lograron recuperar algo de la facturación mermada durante el último año y medio, y otros profesionales que prestan servicios en horario nocturno, como los taxistas, pudieron observar cómo los noctámbulos comienzan a recuperar los hábitos horarios previos a la pandemia.

Los nuevos horarios son el resultado de una larga negociación con la administración autonómica encabezada por la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes y Ocio Nocturno de Las Palmas, integrada en la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas. Su representante, Antonio Márquez, pone en valor el esfuerzo desarrollado por las organizaciones empresariales «trabajando desde el consenso, evitando estridencias jurídicas». Fruto de estas conversaciones surgió la norma, que permite a los establecimientos nocturnos ampliar su tiempo de apertura de forma voluntaria con el certificado Covid.

Más de 100 sanciones en una noche por botellón, fumar sin distancia o no usar mascarilla

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«Ha habido una buena acogida por parte de los compañeros», destacaba ayer Alejandro Negrín, propietario del piano bar karaoke La Aurora y presidente de la asociación empresarial Canarias de Noche, que reúne en torno al 85% del colectivo del Archipiélago. Aunque hubo cierta confusión en los primeros momentos sobre la fórmula correcta para poner en práctica lo estipulado en la norma, una vez abiertos no hubo problemas para pedir los certificados Covid y los clientes colaboraron: «La mayoría de los usuarios se lo ha tomado muy bien, prefieren estar en un entorno más seguro, responsable y controlado».

A la hora de solicitarlo, cada empresa ha puesto en práctica fórmulas diferentes, aunque la experiencia adquirida durante los últimos tiempos con el registro de clientes -gran parte de los establecimientos que abrieron ayer cuenta con varios tipos de licencias, entre las que se encuentra la de restauración- ha servido para simplificar el trámite. «Hay muchas formas de hacerlo: con código QR, con aplicación en el móvil o con un formulario de Google», explica Negrín.

El ocio de madrugada vuelve a la capital sin incidentes tras 18 meses cerrado

Estos locales ya habían habituado a sus clientes a indicar su nombre, fecha, hora de llegada, documento de identidad y teléfono, por lo que ahora solo deben confirmar si cumplen alguno de los tres requisitos estipulados -pauta completa de vacunación, prueba diagnóstica reciente o enfermedad superada- y si tienen capacidad para exhibirlo. «No ha habido contestación por parte de los clientes, la gente está colaborando al 100%», recalca.

La Unidad de Protección tuvo que acompañar a los menores mientras llegaban sus padres

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La ampliación hasta la madrugada ha permitido a los establecimientos recuperar algo de facturación, aunque aún se encuentra muy lejos del volumen que se alcanzaba cualquier noche de viernes antes del comienzo de la crisis sanitaria. «Tener más horario te permite tener más horas de explotación, pero como estamos limitados con el aforo no hay rotación», apunta Negrín, que estima haber recuperado en su establecimiento en torno a un 19% de la caja de antaño. En cualquier caso, pone en valor los avances alcanzados durante las últimas semanas con cuatro ampliaciones de horario: «Se nota que los usuarios han acogido el horario muy bien y se están animando, pero al llegar se encuentran con que no se les puede atender porque la demanda es muy fuerte, pero la oferta es muy poca».

Los nuevos horarios de los establecimientos nocturnos no generaron «absolutamente ningún problema» que requiriera la presencia de la Policía Local, según señala el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Josué Íñiguez. Los agentes, sin embargo, tuvieron que emplearse a fondo contra el ocio descontrolado de los botellones, que se multiplicaron por varios puntos de la ciudad. Hasta 107 sanciones fueron impuestas durante la noche del viernes en este tipo de encuentros callejeros, la gran mayoría -53 del total- por incumplimiento de la normativa sobre mascarillas. Otras 19 fueron por consumo de alcohol en la vía pública y 21, por fumar sin respetar la distancia de seguridad. El resto, según abunda el edil, estuvo motivado por infracciones de la Ordenanza General de Convivencia Ciudadana y Vía Pública de Las Palmas de Gran Canaria o por asuntos de tráfico.

Menores de botellón

El principal evento conflictivo tuvo lugar en el entorno de la calle Mendizábal del barrio de Vegueta, donde grupos de estudiantes se habían dado cita en el primer fin de semana tras el comienzo del curso escolar. La convocatoria, difundida a través de redes sociales, atrajo hasta el casco histórico a menores de edad, lo que obligó a la Policía Local a reforzar su presencia en la zona junto al Servicio de Limpieza. En torno a las dos de la mañana, el entorno ya estaba completamente vacío y limpio, agrega el edil.

La costumbre adquirida con el registro de clientes facilita los nuevos requerimientos

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Íñiguez circunscribe los eventos de la noche del viernes a un momento puntual tras el retorno a las aulas y recalca la labor preventiva llevada a cabo por el cuerpo. La Policía Local recibió información sobre la convocatoria de Vegueta desde primera hora de la tarde, por lo que reubicó más agentes en la zona. Además de los efectivos del Grupo Operativo de Intervención y Apoyo, fue necesaria la presencia de la Unidad de Protección y Acompañamiento Local para permanecer junto a los menores mientras llegaban sus padres. «No estamos en números alarmantes de botellones, ni mucho menos, pero es preocupante la presencia elevada de menores», advierte.

El ocio de madrugada vuelve a la capital sin incidentes tras 18 meses cerrado

«El botellón tiene sus momentos puntuales, no hemos detectado que vaya a más», recalca el edil al cargo de la Policía Local. El cierre completo de la playa del Confital, donde en las últimas semanas se habían congregado grupos de jóvenes, ha generado que el fenómeno se refugie en otros puntos, como El Sebadal o Las Canteras. «Eran puntos que habían conseguido eliminar de botellón y han retornado, entendemos que nuestra presencia hace que la gente se mueva, pero vamos poniéndoselo difícil», subraya.

Los noctámbulos no pusieron problemas con la solicitud de los certificados Covid para acceder

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El edil subraya lo excepcional de estas situaciones en una noche que por lo demás se desarrolló con tranquilidad en la ciudad. Al margen de esas fiestas improvisadas y de los nuevos horarios del ocio nocturno, Las Palmas de Gran Canaria vivió un viernes con eventos en distintos puntos, como el festival Temudas en Vegueta y Santa Catalina o las fiestas de Los Dolores en Schamann. «Los botellones son una gota en el océano, que es verdad que nos preocupa, pero no es la generalidad de la ciudad: fue una noche tranquila con eventos culturales y los bares abiertos».

El ‘radar’ de los taxistas

No hay centinelas noctámbulos tan perspicaces como las personas que se dedican al servicio de taxi. En sus desplazamientos por la ciudad detectan flujos de personas, lugares ‘calientes’ o cambios de tendencias, y quienes trabajaron el viernes por la noche pudieron comprobar los paulatinos cambios que se están dando con el retorno del ocio nocturno. Uno de ellos es Pepe Navarro, que aunque reconoce haber vivido horas muertas a partir de la medianoche, observó cómo los desplazamientos hacia las zonas de ocio se han retrasado algunas horas con respecto a varias semanas atrás: «Se volvió a ver que había gente bajando de la parte alta de la ciudad a las doce, eso no ocurría antes». Vicente Déniz también recorrió la ciudad de madrugada y sintió «algo de movimiento, pero un pizco». En sus desplazamientos también le sorprendió que muchos locales siguen cerrados o en obras y otros aún no aplican el horario extendido. «Cuando hay un choque el tren arranca despacio, y esto es igual, estamos a verlas venir por si vuelve a reproducirse el virus», concluye. | J. C. G.

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