Los vecinos del capitalino barrio de Alcaravaneras lloran la pérdida de uno de sus personajes más entrañables, Fernando Vialard, una persona sin recursos muy querida por gran parte de la comunidad. Con una inscripción en la que se puede leer ‘Este barrio es tuyo’, los vecinos han querido homenajear a Vialard, fallecido el pasado lunes, en el sitio en el que pasaba «cada día, cada noche y cada madrugada»: ‘su’ banco de la calle Pío XII.

Pese a ser querido por prácticamente todo el barrio, los comienzos de Fernando Vialard no fueron del todo fáciles, tal y como recuerda Carlos Santana, presidente de la Asociación de Vecinos Alcaravan. «Al principio llegó bastante rebelde por el tema de la bebida, pero poco a poco fue ganándose a los vecinos». Y es que, pese a que la vida de Fernando estuvo marcada por sus problemas con el alcohol, Santana lo recuerda como una persona que «no se metía con nadie» y que siempre tenía una broma preparada para todo aquel que pasara por allí. «No corras mucho que correr es de cobardes» le profería a los runners que se aproximaban corriendo a su sempiterno banco, o «qué guapa va usted hoy, señora» a las mujeres que caminaban por la zona.

Su cándido y jocoso carácter le hizo ganarse la confianza y el cariño de las personas que lo observaban día tras día en la calle. «Los vecinos le daban un pan sin que él lo pidiera y los domingos obtenía premio: medio pollo asado, croquetas o un bocadillo», recuerda Carlos Santana, haciendo hincapié en que los vecinos cuidaban su alimentación por pura deferencia.

Las muestras de cariño escritas por múltiples vecinos en una publicación en redes sociales realizada por la asociación Alcaravan han llegado hasta uno de sus hijos. Adrián Vialard no tenía relación con su progenitor desde los 6 años de edad, cuando se separó de su madre por sus problemas con el alcohol. Pese a ello, ha agradecido los cariñosos y emotivos mensajes de despedida y homenaje a la figura de su padre.