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ANÁLISIS

La Suerte autoconstruida

El barrio surge en los años 70 del siglo XX con vecinos de las medianías, de la cumbre y La Aldea | Sin agua ni luz, las calles sin asfaltar se tornaban en barrizal cuando llovía

La periferia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria está conformada por multitud de barrios. Muy cerca de Tamaraceite, en el comienzo de la Carretera a Teror y lindando con Piletas, nos encontramos con uno de los barrios más conocidos de nuestro distrito de Tamaraceite–San Lorenzo–Tenoya, aunque su denominación original es Las Suertes, popularmente se le conoce como el barrio de La Suerte. Este nombre le viene porque se levantó sobre una antigua finca compuesta de varios lotes de terreno, también llamados «suertes».

La Suerte es un barrio de casas unifamiliares y donde todavía se respira tranquilidad. Surge a principios de los años 70 del siglo pasado cuando personas procedentes de diferentes lugares como Juncalillo, La Aldea de San Nicolás, Artenara, Teror, Miraflor y del propio Tamaraceite fueron comprando parcelas de terreno de aquella finca de los Vieras que en otros tiempos se dedicaba al cultivo de plataneras y papas.

La Suerte autoconstruida

Este barrio de autoconstrucción fue consolidándose poco a poco, a pesar de las grandes dificultades que existían para su desarrollo. No había agua ni luz, ni alcantarillado, las calles sin asfaltar apenas caían tres gotas se convertían en un barrizal. La electricidad se obtenía con motores y la televisión se veía con batería. Todas estas dificultades consolidaron un movimiento vecinal importante que contó desde sus comienzos con el apoyo incondicional de Don Luis García Correa, concejal del Ayuntamiento por aquellos años y vecino de Tamaraceite. Ya en el año 1974 se fundó la actual Asociación de Vecinos San Andrés y se pone al frente de la misma como presidente Vicente Acosta Rodríguez, conocido como Vicente el taxista. Fue su primer presidente y estuvo en el cargo más de treinta años dedicando muchas horas de esfuerzo y lucha por la prosperidad de este núcleo. En cuanto a los nombres de las calles, estos fueron puestos por Don Manuel Acosta, el cura de Tamaraceite, con la aprobación de todos los vecinos, que decidieron ponerles a todas nombres de santos.

La Suerte autoconstruida

A principios de los años noventa, gracias al gran esfuerzo y colaboración de los vecinos, se compró el solar en el que más tarde se edificó la actual sede de la Asociación de Vecinos San Andrés. El dinero para su construcción salió de las múltiples rifas y sorteos que se realizaron para tal fin, así como de la venta de un solar propiedad de la Asociación de Vecinos.

Al carecer de iglesia, la misa se celebraba en la calle San Clemente y un vecino del barrio donó una imagen de la Virgen del Carmen, que pronto se aceptó como patrona del barrio. Años más tarde, la Comunidad Claretiana que vivía en el Colegio Claret, se hizo cargo de la celebración de la misa, ayudando así al párroco de Tamaraceite a que en todos los barrios pudiera celebrarse una misa los fines de semana. Fue el padre claretiano Don José Antonio de Abajo Vidales el que trajo una talla de San Antonio Mª Claret, que es el actual copatrono de La Suerte. Con la inauguración del Local Social, la Asociación de Vecinos cedió a la parroquia uno de sus salones para que sirviera de capilla y poder así celebrar la misa e impartir las catequesis en un lugar más acogedor y con mejores condiciones que el anterior.

El transporte público llegó casi por casualidad, ya que en 1998 debido a las obras de la Circunvalación de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, el tráfico hacia Piletas e Isla Perdida, se tuvo que desviar a través de La Suerte, lo que motivó que la línea 44 de las Guaguas Municipales tuviera que entrar en el barrio, facilitando de una manera más directa el acceso al transporte urbano entre la capital y el propio barrio.

Una de las grandes problemáticas de este barrio, como otros del distrito, es la incorporación a la Circunvalación, ya que todos los vehículos tienen que salir por la rotonda de San Lorenzo y en horas puntas es un auténtico desastre, ya que los barrios limítrofes como Tamaraceite o Lomo los Frailes han crecido en progresión geométrica en los últimos tiempos y el número de vehículos ha ido en aumento.

Muchas son las directivas que han pasado por la Asociación de Vecinos San Andrés desde 1978 cuando la fundara Vicente Acosta. Actualmente está presidida por Rosendo Castellano, y varias son las propuestas vecinales que han realizado al Ayuntamiento en los últimos meses como el asfaltado y alcantarillado de alguna calle que aún está sin este servicio. Pero es un barrio con la misma problemática social que los otros del distrito. La falta de arraigo de sus vecinos hace que la participación ciudadana sea cada vez más escasa y se eche de menos aquellos años 70 en los que la participación ciudadana y la unión del barrio era un clamor.

Tiempo de cambios

La Suerte está viviendo un cambio en los últimos tiempos con grandes obras que pronto serán una realidad como el gran parque de 30.000 metros cuadrados que irá a la entrada del barrio, y dos campos de fútbol, uno de fútbol 11 y otro de fútbol 7, con una superficie de 18.605 metros cuadrados. Este espacio deportivo dispondrá de un aparcamiento para 80 plazas de coches y 14 plazas para bicicletas, con acceso directo a los campos de fútbol, así como un parque infantil.

Todas estas obras y el crecimiento poblacional con grandes edificios e infraestructuras que unirán La Suerte con Tamaraceite Sur a través de la rotonda del Cruce de San Lorenzo, van a originar que en pocos años el barrio de la Suerte experimente un cambio importantísimo y quizás, como dicen algunos vecinos, pueda llegar a perder la tranquilidad que tanto le caracteriza.

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