La unificación pacífica y democrática de las dos coreas. Eso es lo que pidieron este domingo más de un centenar de miembros de la comunidad coreana en Canarias, que realizaron una marcha entre la plaza arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre -a la altura del hotel Reina Isabel- y La Puntilla, un acto al que asistió el cónsul general de la República de Corea en Las Palmas de Gran Canaria, Jeon Geun-suk, y en el que hubo exhibición de danzas tradicionales y de baile K-pop, así como de Taekwondo.
El evento fue organizado por el Consejo Asesor por la Unificación Pacífica de Corea, un órgano constitucional creado en 1980 para asesorar al presidente de la República de Corea en materia de políticas y acciones encaminadas a lograr la unión de Corea del Norte, en la actualidad bajo la dictadura de Kim Jong-un, y Corea del Sur, una república de corte presidencialista dirigida hoy por el Yoon Suk-yeol. Ambos países constituían la Península de Corea en manos japonesas y tras la II Guerra Mundial fue dividida entre las dos potencias. El norte quedó bajo dominio de la URSS y el sur bajo la influencia de EEUU.
El presidente del Comité asesor en España Chuen Wook Park explicó que el motivo de los actos era el de animar a los miembros de la comunidad coreana -unos 5.000 en toda España; medio millar en Gran Canaria- a desear la unificación pacífica de ambos países. Una medida que impulsan a través de este tipo de comités, que difunden también su mensaje por todo el mundo para buscar apoyos y lograr alcanzar así su objetivo.
«Para lograr este objetivo todo el pueblo coreano debe desearlo. Sin deseo, sin voluntad, será más difícil la unificación. Si logramos que ese deseo sea conjunto estaremos mejor preparados para llevar a cabo la unificación. Eso no se podrá hacer de un día para otro por lo que tenemos que estar preparados para ello, planearlo para conseguir ser de nuevo un gran país», dijo Park.
La pesca les unió a Gran Canaria
La comunidad coreana comenzó a instalarse en la isla en los años sesenta del siglo pasado gracias a la flota pesquera que faenaba en el caladero sahariano y en el Atlántico. Los coreanos tenían a la isla como base para avituallarse, arreglar sus barcos y también para exportar su mercancía. A medida que los barcos tuvieron más autonomía para trabajar durante días en altar mar y los buques congeladores se hicieron habituales descendió el número de barcos coreanos que recalaban en Las Palmas de Gran Canaria lo que conllevó a la desaparición de la actividad pesquera en el Puerto. En la actualidad, la comunidad asentada en la isla ronda el millar de personas, aunque ya hay nuevas generaciones que son propiamente canarias.
En este sentido, señaló que la juventud coreana no está, sin embargo, muy interesada en el asunto, que han vivido con intensidad sus padres y abuelos ya que la división del país rompió muchas familias, sin olvidar el coste que tuvo la guerra de Corea. «Piensan que va a tener un coste económico para nosotros, pero no es verdad. La unificación nos hará un gran país, con toda la tecnología y potencia económica que ya somos podremos invertir en el norte, donde hay mano de obra buena y minas que contienen materiales naturales importantes», aclaró.
El cónsul de la república en Canarias, Jeon Geun-suk, participó en el acto, que más bien fue un encuentro entre las familias coreanas
Park indicó que desde que finalizó la Guerra de Corea (1953) ha habido conversaciones e intentos de reunificación pero que «no han tenido sus frutos», aunque la población no ha perdido la esperanza teniendo en cuenta el ejemplo de la unión alemana tras la caída del Muro de Berlín (1989).
El presidente del Comité asesor en España también hizo referencia a la mala situación que atraviesa Corea del Norte con la dictadura de Kim Jong-un y al aislamiento internacional al que somete a su país. Un hecho que puede contribuir por sí solo al desmoronamiento del gobierno dictatorial y llevar a la unificación teniendo en cuenta lo que le ocurrió a la extinta URSS. «Corea del norte está muy mal económicamente ¿y por qué se desintegró la Unión Soviética? por un problema económico», puntualizó.
La República de Corea del Sur busca una unificación por la vía pacífica después del sufrimiento que supuso para ellos la invasión de sus vecinos del norte en 1950 y la intervención de la URSS y EEUU en el conflicto. La guerra duró tres años y fue una de los más sangrientos del siglo XX. «Con una guerra no se consigue nada, solo dolor y desastre para el pueblo», declaró Park en referencia también a lo que está ocurriendo con la invasión rusa en Ucrania.
El presidente del Comité asesor en España Chuen Wook Park hizo estas declaraciones tras una conferencia previa en el hotel Concorde, donde se expuso la situación de ambos países, y en el que estuvo presente el concejal Pedro Quevedo como miembro del gobierno de Las Palmas de Gran Canaria, dadas las buenas relaciones existentes entre la República de Corea y Gran Canaria desde que la isla fue base de la flota pesquera coreana en los años 60 del pasado siglo. También asistió a la conferencia el presidente del Comité Regional del Sur de Europa Eu Dae-Woong.
Una solución complicada
El acto se desarrolló en coreano ante un público de mediana edad, principalmente varones. El teniente alcalde Pedro Quevedo agradeció la invitación y disculpándose por no saber coreano solo acertó a decir que «los objetivos son honorables y espero que se alcancen por la vía pacífica».
El abogado Kim Woo Sung Chang, que también fue miembro de este comité en Canarias, afirmó que en un principio la reunificación de Alemania fue el modelo a seguir por los surcoreanos pero, con el paso del tiempo, se han dado cuenta que la unificación de ambos países, que tienen la misma cultura, «es más complicado de lo que parece», entre otras cuestiones por el nivel de desarrollo económico y porque el dictador Kim Jong-un dejara un sucesor igual que lo hizo previamente su padre y su abuelo ya que se trata de una dictadura dinástica. Y añadió que «Corea del Sur quiere llegar a la unificación pero no a cualquier coste».
Kim Woo Sung Chang puntualizó que, según indicó el cónsul de Corea en Canarias, la situación que se vive en el norte y el panorama internacional actual, donde China está siendo interlocutor frente a EEUU tras la debacle de la URSS y ahora de Rusia invadiendo Ucrania, no es el mismo que se vivió en los años 80 por lo que la unificación de Corea ya «no dependerá de nosotros; la unificación va a ser más complicada».
La manifestación contó con danzas tradicionales y exhibición de taekwondo además de K-pop, la nueva seña identidad de la cultura coreana
Tras la conferencia, el grupo se acercó a la plaza arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, donde esperaban otros miembros de la comunidad coreana, incluido jóvenes, con camisetas blancas que hacían relevancia a la Marcha por la unificación pacífica y democrática de Corea.
En la misma plaza, y antes de partir hacia La Puntilla, Chuen Wook Park, volvió a destacar la importancia de resolver los conflictos sin necesidad de utilizar las armas. Antes de su discurso, un grupo de chicas, estudiantes en el Instituto King Sejong de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria interpretaron una danza, vestidas con trajes y caretas tradicionales al son de un tambor.
Lo curioso de su intervención es que nada tenían que ver con la comunidad coreana, salvo el de ser alumnas del instituto y estar interesadas en la cultura coreana. El instituto, que se abrió en 2013, es el primero en una universidad española y forma parte de los 234 centros dispersos en más de 80 países por el mundo gracias al impulso del gobierno surcoreano de promover el idioma y la cultura.
Dayanne De Ruiter es profesora de inglés en un instituto de la capital y desde hace seis años estudia coreano «para desconectar». «El alfabeto lo aprendí en dos semanas, aunque la gramática y el vocabulario es más complicado», contó. Precisamente, el nombre del instituto hace referencia al cuarto rey de la dinastía Joseon, que creó el alfabeto en el año 1446.
Valeria Rodríguez entró en el instituto porque le fascina la cultura coreana por el «respeto y ceremonial que mantiene hacia las personas y su cultura». Estudiante de cuarto de la ESO está aprendiendo el idioma pero también disfrutando de las diferentes actividades que hace el centro aparte de enseñar la lengua. «Celebran un montón de eventos y te hacen sentir su cultura en cada uno de ellos», dice la joven, amante del cine, de la música y, por supuesto, la comida coreana.
Andrea Cabello Trujillo comentó, por su parte, que comenzó estudiando chino y a través de las «series y la música coreana me aficioné a esta cultura». La joven es estudiante de un ciclo profesional de Educación Infantil y confía en poder seguir estudiando coreano para ver si se puede beneficiar de alguna beca en el país que la sirva después como experiencia en su currículum de profesora.
Carla Santos, estudiante de tercero de la ESO, confesó que durante la pandemia de la covid-19 empezó a escuchar música coreana por puro aburrimiento y que, tras ello, se metió en el instituto para aprender el idioma.
En cuanto al evento en el que participaban, declararon no tener mucha idea sobre el conflicto entre ambas coreas que dura ya siete décadas, aunque manifestaron su apoyo a Corea del Sur por querer buscar la unificación de un modo pacífico como reclamaban los surcoreanos.
La marcha, que discurrió por el paseo de Las Canteras a media mañana, pilló a paseantes y bañistas por sorpresa, aunque el grupo de coreanos participantes no era demasiado grande. Las camisetas que llevaban con el logo de la convocatoria permitió a los curiosos conocer el motivo de la reivindicación ya que el grupo comenzó a andar hacia La Puntilla desagrupados y sin pancarta de cabecera pes haberla.
Exhibiciones
En La Puntilla, y bajo un sol de justicia, la comunidad coreana del sur disfrutó de dos exhibiciones que son ya seña de identidad de su cultura: el Taekwondo y el K-pop, un tipo de música y baile de Corea del Sur, que surgió a principios del siglo XXI y que comenzaron a divulgar los grupos musicales dirigidos a adolescentes y que ha traspasado fronteras. El K-pop ya es famoso en muchas partes del mundo, incluida Canarias, donde se ha creado una comunidad de jóvenes bailarines que incluso compite en concursos.
Ese es el caso de Invidia, uno de los grupos que actuó para la comunidad coreana conformado por Xenia Niño Gil, Saula Sosa Rodríguez, Andra Chirino Hernández, Pablo Ramírez Domínguez y Eric Breval Hernández.
«Competimos profesionalmente en Gran Canaria, Tenerife y en la Península, está súper de modo el K-pop y los concursos, también hacer bailes para youtube o tik-tok», explicó Xenia.
«Desde pequeñas llevamos escuchando música hecha en Asia y conocemos el K-pop. Casualmente, nos conocíamos de antes, nos gustaba este tipo de música y decidimos hacer un grupo», añadió su compañera Saula.
Los jóvenes, que llevan seis años compitiendo desde que eran adolescentes, explicaron que el K-pop atrae porque es casi como una performance ya que el artista tiene que bailar y cantar además de llevar un estilo único en cuanto a vestimenta, maquillaje y peluquería, que los distingue de otros grupos similares.
Ellos tampoco estaban muy al tanto de la reivindicación de la comunidad coreana en Canarias, pero señalaron estar muy atraídos por su cultura.
El encuentro finalizó con la exhibición de varias escuelas de Taekwondo y del canto ‘Nuestro deseo es la unificación’ por parte de los alumnos de la Escuela coreana en Las Palmas