El Risco espera desde hace cinco años por la obra para eliminar unos vertidos

El proyecto, presentado por el barrio a los presupuestos participativos, se aprobó en 2018

El Ayuntamiento achaca la demora a la necesidad de expropiar un suelo

Las zonas con vegetación de la ladera indican donde están las casas con problemas de vertidos.

Las zonas con vegetación de la ladera indican donde están las casas con problemas de vertidos. / Juan Castro

La obra para eliminar los vertidos de aguas fecales en un grupo de casas del Risco de San Nicolás continúa pendiente desde hace cinco años a la espera de que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria expropie los terrenos.

Eso al menos es lo que ha argumentado el Gobierno municipal para no llevar a cabo el proyecto, que consiste en la conexión a la red de alcantarillado de un grupo de casas situadas en la calle Párroco Francisco Rodríguez Pérez. Los bajantes de las casas vierten las aguas negras directamente a la ladera que da al barranco Guiniguada, lo que genera un grave problema de salud pública y provoca la aparición de mosquitos y ratas.                                                                 

Pese a ser una actuación que compete al Ayuntamiento, un grupo de vecinos del barrio presentó la eliminación de los vertidos a la primera edición de los presupuestos participativos, al considerar que había que solucionar cuanto antes el problema.

De hecho, fue el proyecto más votado de toda la ciudad, con un respaldo de 541 votos. El Gobierno municipal lo aprobó y pasó a formar parte de listado de proyectos a ejecutar, con un presupuesto disponible de 142.326,12 euros, pero cinco años después los vertidos continúan en el barrio, algo que se refleja en la abundante vegetación que crece en esa zona de la ladera que da al barranco Guiniguada.

La propuesta fue impulsada por la antigua asociación de vecinos Amirisco, que en 2022, harta de la falta de respuesta del Consistorio, decidió no presentar ningún proyecto más.

Decepción

Lo último que dijo el Ayuntamiento sobre la obra de conexión a la red fue por boca del anterior concejal de Participación Ciudadana, Prisco Navarro, quien indicó el pasado mes de abril que el servicio de Aguas, encargado de llevarlo a cabo, «lo vio viable, pero cuando empezaron a realizar el proyecto técnico se dieron cuenta de que afectaba a una propiedad privada. Hasta que no se finalice la expropiación no se puede llevar a cabo. Los procesos de expropiación son largos y el servicio de Aguas sigue trabajando en el expediente», aseguró.

Los vecinos se implicaron con este problema, al que dieron prioridad en los presupuestos participativos y, cuando se enteraron de que el Ayuntamiento le había dado vía libre al proyecto, el barrio salió a la calle para celebrar el logro. Sin embargo, más de cinco años han pasado ya y la alegría se ha trocado en decepción.

Según los residentes, la propuesta para hacer las acometidas que permitirá derivar las aguas negras de las casas hasta el alcantarillado es solo una parte de un proyecto más amplio, que consiste en convertir las calles Real del Castillo y Domingo Guerra del Río en un corredor viario seguro y accesible, con la mejora de las aceras y el pavimento, una actuación que el Ayuntamiento se comprometió a asumir al margen de los proyectos participativos. También sigue pendiente la mejora de la red de callejones y escalinatas, por la que aún siguen esperando pese a que el Consistorio se comprometió a asumir también la intervención.

La indignación de los vecinos es tan grande que en 2022 decidieron no presentar ningún proyecto más a los presupuestos participativos.

Desde la asociación Amirisco, colectivo que ha impulsado la mayoría de los proyectos participativos que ha presentado el barrio, recuerdan que la propuesta se «siguió manteniendo en años posteriores», después de 2018.

«Cada vez que se abría el plazo de una nueva convocatoria el proyecto del alcantarillado era el primero que poníamos una y otra vez, pero no se ha hecho. El argumento del Ayuntamiento es que tiene que expropiar solares», porque la tubería tiene que pasar por terrenos de particulares, señala una vecina, que asegura que los residentes ya han perdido la esperanza de que la obra se lleve a cabo.

El de las casas de la calle Párroco Francisco Rodríguez Pérez no es el único problema de vertidos que sufre la zona. Varios metros más allá, en el extremo norte del barrio de San Francisco también hay problemas similares desde hace bastantes años en algunos bloques que dan al barranco Guiniguada, pero en este caso se debe a la rotura de la tuberías de saneamiento por el mal estado en que encuentran debido a su antigüedad. Los bloques con problemas de vertidos se ven a la legua por el desarrollo de la vegetación en medio de una ladera reseca y por la abundancia de las ratas y los insectos.

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