ANIVERSARIO

Cien años con Disney

Los primeros dibujos animados de la compañía aparecieron en los cines de Las Palmas de Gran Canaria en los años 30 del siglo XX

En 1933 el Cuyás proyectó ‘Pájaros en primavera’, en el que un grupo de polluelos cantaba a la primavera

Fotograma de Wish, la película con la que Disney celebra sus cien años de historia.

Fotograma de Wish, la película con la que Disney celebra sus cien años de historia. / LA PROVINCIA/DLP

Wish: El poder de los deseos es la película con la que Walt Disney Animation Studios acaba de celebrar su centenario. Un nuevo título que se añade a una cinematografía extensa basada principalmente en el dibujo animado y en crear historias en las que se habla de la capacidad de transformación que todos llevamos dentro. Desde el nacimiento de la compañía en California (EEUU) de la mano del ilustrador Walt Disney y su hermano Roy en 1923, sus películas han acompañado a los grancanarios y los cines de Las Palmas de Gran Canaria no han dejado de proyectar sus éxitos. La estrella y marca de la compañía Micky Mouse, nacida en 1928, llegaría a la ciudad en 1931 de la mano de Filmófono, el estudio de sonorización y distribuidor de filmes nacionales e internacionales y, más tarde productora, creada por Ricardo María de Urgoiti y Luis Buñuel en 1929.

La primera referencia en el Diario de Las Palmas, perteneciente al grupo editorial Prensa Ibérica que edita LA PROVINCIA, al ratón más internacional aparece en el 2/5/1931 entre anuncios de cerveza Damm, Harina Orgullo, festejos en el barrio de Trapiche, un pleno del ayuntamiento y la llegada de un médico de sueroterapia fisiológica. «Selecciones Filmófono hace su presentación en Las Palmas con su más escogido programa», decía el anuncio con un dibujo de un león similar al que utilizaba el estudio de La Metro (MGM). Los títulos que ofrecía la distribuidora eran Media noche en el bazar (Silly Simphonie Dibujos) Misterios de África (en español) Un negro perece devorado por un león y Varieté (Micky Mouse Dibujos), pero no se verán en ninguna cartelera.

Cine Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria,  en los años 40.

Cine Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria, en los años 40. / FEDAC

Los Silly Simphonie Dibujos formaban parte de la casa Disney. Nacidos en 1929 como alternativa a Micky Mouse eran también cortos de animación en donde la naturaleza, los animales y la música eran los protagonistas. Serán el germen de las futuras películas de Disney, como así señala  Ruth Villalón Flores en su master de fin de carrera en la Universidad de Barcelona sobre El mundo animal y las Silly Symphonies (1929-1939).

Precisamente, los primeros dibujos que aparecen en la cartelera de la capital sobre Disney pertenecen a este género. Son un grupo de polluelos recién nacidos que, en apenas 7,15 minutos, entonaban la llegada de la primavera.  El Cuyás fue el cinematógrafo donde se proyectó el 11 de marzo de 1933 Pájaros en primavera, los dibujos en colores de Walt Disney, como así se denominaba entonces a las películas de animación, que, según la publicidad del momento, había «revolucionado el cine sonoro». La película se anunciaba junto a Diablos Celestiales, un filme de aviación en el que participaban Spencer Tracy y George Cooper, y El Hombre que volvió, un drama sobre el alcoholismo, que reunía a Conrad Nagel y Doris Kenyon en pantalla.

El Circo Cuyás, el Royal Cinema (1928) y el Pabellón Recreativo Santa Catalina (1927) eran las principales salas de exhibición de entonces, que a lo largo de los años 30 se incrementaron con el Teatro de los Hermanos Millares, Hollywood Cinema (1931), Circo Doré y otras salas. 

El cine ya estaba consolidado como un hábito de entretenimiento, principalmente desde que las películas sonoras hicieron su aparición a finales de los años 20, la economía se consolidó y la sociedad olvidó los estragos de la Primera Guerra Mundial, pero hasta los años 30 no se convirtieron en salas exclusivamente para proyección de películas, dejando atrás otras variedades como el teatro o las veladas musicales. Así lo indica Fernando Betancor Pérez en El espectáculo cinematográfico en Las Palmas de Gran Canaria en la década de 1920.

El 9 de noviembre de 1933 llega el turno de Los tres cerditos, y también se proyecta en el Cuyás. La cinta «cantada en español» compite con Violetas Imperiales, de Raquel Meller, mientras en el Royal Cinema exhibe Grand Hotel con Greta Garbo y Joan Crawford.

El famoso ratón se colará en el Diario de Las Palmas de Gran Canaria el 27 de noviembre de 1933 como un recurso tipográfico bajo el rótulo de Cinema para hablar del séptimo arte, pero también de los protagonistas de Hollywood. 

En una crítica, sobre Los tres cerditos se hace apología de la versión original. «Hemos escuchado la sincronización, en español, de Los Tres Cerditos , cartones animados Walt Disney. Francamente, hubiera sido preferible dejarla en inglés. ¿Hasta cuándo los productores serán tan inocentes en creer en la inocencia de nuestro público», decía la nota, firmada desde Hollywood. 

Los dibujos animados de Disney, igual que algunos noticieros, se proyectaban antes o después de una gran película, aunque a la hora de anunciarlos se hacían con el mismo entusiasmo que un gran filme. En plena Guerra Civil y bajo una portada de Una patria. Un Estado. Un caudillo. El General Franco, el 30 de enero de 1937 el Royal Cinema anunciaba un «grandioso y sensacional programa doble en español». En la primera parte, La diosa primavera, «prodigio del arte y fantasía del famoso Walt Disney»., y después El conde de Montecristo, con Robert Donat y Elisa Landy.

 El cine siguió activo durante la guerra y con las películas se proyectaban también documentales sobre el frente.

 El 26 de mayo de 1937, el Wollywood Cinema proyectó un programa con cinco películas de Disney en «riguroso estreno y en español» gracias a la distribuidora Artistas Asociados. El programa para «chicos y grandes» permitió ver Bebés acuáticos, El caballero del Folies Bergere, El gato bandido, La gallinita sabia y El capitán tormenta. Aquella tarde, la entrada al cine valía 1 peseta de la época (0,01 euros), casi lo que costaba la general (1,50 pesetas) del Teatro Pérez Galdós para ver a Raquel Meller en 1935.

Los Estudios Disney humanizaron tanto a los animales y a los objetos que sus películas se convirtieron en fuente de divulgación de la higiene, la sanidad e incluso para exponer temas de geografía, física e historia. En junio de 1947, el periódico La Falange daba cuenta del poder de sus películas en una proyección infantil en el cine de los Hermanos Millares gracias a las películas cedidas por el cónsul de EE.UU. en Tenerife.

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