Obituario

Te seguiré necesitando toda mi vida

David Suárez y su padre José Manuel Suárez.

David Suárez y su padre José Manuel Suárez. / La Provincia

David Suárez González

Se llamaba José Manuel Suárez Ramos, tenía 68 años, estaba casado y tenía dos hijos, mi hermano Raúl y yo. Era mi padre, pero era mucho más que eso y nos lo demostraba permanentemente. Nosotros siempre fuimos la parte más importante de ese equipaje vital con que todos llegamos al final de nuestras vidas. Por eso, su dedicación principal era en la actualidad mi hermano Raúl que, con 26 años y en una situación de gran dependencia, necesitaba su permanente atención.

Todo en su existencia lo afrontaba desde la sinceridad y el afecto. Risueño y alegre, buscaba y provocaba siempre la sonrisa en las personas que le rodeaban; además de ser buen gestor y resolutivo con el día a día por lo que fue siempre un pilar fundamental de nuestra casa. 

El mayor de seis hermanos, ligados por sangre e historia a la ciudad de Arucas y a la comarca norte de nuestra isla; mucho de su historia y su economía desde el cultivo y la exportación del plátano a la presencia de las Hijas de la Caridad o La Salle, tenían en su familia destacados referentes.

Y aunque estaba jubilado, seguía manteniendo relación con amigos del colegio y por supuesto con los del trabajo porque nunca se retiró de la vida. Muy trabajador, le encantaba estar en obras y siempre inquieto en afrontar nuevos proyectos como la finca que actualmente estaba empeñado en revitalizar.

Papá, siempre has sido un ejemplo a seguir inculcándome valores tan importantes como la constancia, la perseverancia y la organización de los pasos que se dan; por lo que gran parte de lo que pueda ser al día de hoy a ti lo debo.

Te has ido muy pronto, y nos dejas a mamá, a Raúl y a mí en un vacío desamparado que nos acompañará siempre. Pero seguirás siendo ese modelo que eras para mi vida y te prometo que sacaré todas las fuerzas necesarias para seguir adelante en todas esas muchas cosas que nos quedaban por hacer juntos; esos muchos proyectos por culminar y esas muchas batallas que soñamos caminar.

Te quiero mucho papá y te querré todo el resto de mi vida.