Galicia, el buque de la Armada más humanitario

El Galicia ha participado en misiones en países como Irak, Haití, Indonesia o asistido a Turquía en el último terremoto

El buque parte hoy rumbo al puerto de Ceuta 

José A. Neketan

José A. Neketan

«El trabajo que desarrollan y la importancia que tiene parecen que estén invisibilizados. La mayoría de la sociedad no sabe lo que hacen o no lo valoran, y estar aquí es una forma de apoyarlos», aseguraron Álvaro y David, dos jóvenes que ayer tenían en sus agendas visitar en la Base Naval y Arsenal de Las Palmas los buques de la Armada, Santa María, Intermares y Galicia. Este último es el que mayor interés despertó entre los cientos de ciudadanos de todas las edades por ser el más grande de los tres y sus características al ser un barco anfibio de asalto.

También Mariola y Sonia acudieron a la jornada de puertas abiertas con sus hijos, Darío, Juan Diego y Mario. Para Sonia es su bautizo en este tipo de visitas a la Armada. La iniciativa le parece estupenda. Mariola, por su parte, tiene bastantes buques vistos, por lo que echaba de menos poder visitar más a fondo este barco, «como he hecho en otras ocasiones en otros». Ambas mujeres destacaron la amabilidad por parte del personal militar de a bordo, «que nos han explicado muchas cosas y también cómo funcionan los equipos que utilizan en su labor».  

El matrimonio formado por Esther y Juan también salió encantado de la visita. Eligieron el Galicia, «un barco enorme con un equipamiento fabuloso». Sobre el trabajo que desempeñan, manifestaron que «la sociedad tiene que estar con las fuerzas armadas porque son los responsables de nuestra seguridad y hacen una muy buena labor, que debería reconocerse mucho más».

Para Yeray Rodríguez es el día libre, pero ha decidido visitar el Galicia junto a su mujer Janet y su hijo Jael. Él conoce perfectamente el medio y la labor porque también es militar de la Armada. El motivo es que, según explicó, estos buques «no suelen venir muy a menudo». Su familia sabe que él es feliz desarrollando su trabajo militar y sirviendo a su país, pero no pueden ocultar que lo echan de menos cuando se embarca en misiones, algunas de ellas de 10 días y otras de hasta seis meses. «Son momentos de tensión, también algunos de diversión, pero siempre tenemos que estar atentos y con la mente clara», manifestó el militar, quien añadió que en una de sus últimas misiones estuvo en el Golfo de África, colaborando con otros países e instruyendo a otras armadas. 

A su mujer y a su hijo se les ilumina las caras cuando hablan de regreso de Yeray a casa tras el periodo de campaña. «El regreso siempre es muy bonito», aseguró Janet, mientras que su Jael confesó que «me pongo muy feliz y lo quiero abrazar todo el rato».

Instrucción del alumnado

La llegada del buque de asalto anfibio Galicia, la fragata Santa María y el buque escuela y de cooperación pesquera Intermares a la Base Naval forma parte del crucero de instrucción del alumnado de la Escuela Naval Militar, un programa diseñado para complementar la formación integral de los futuros oficiales de la Armada. 

La navegación en los buques y la visita tiene como objetivo complementar la formación integral de los futuros oficiales de la Armada, ofreciéndoles una excelente oportunidad para poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos a lo largo del año, aumentar el conocimiento sobre distintas plataformas navales y ejercer, a diferentes niveles, su liderazgo.

A bordo del Galicia van aproximadamente 130 estudiantes, de primero segundo y cuarto año.

Uno de ellos es Antonio Guerrero, de cuarto. Subrayó que en esta carrera militar «hay mucho de vocación». La prueba es que desde pequeño quería formar parte de las fuerzas armadas, y ahora está en ese camino. Guerrero afirmó que la labor que realiza la Armada «es bastante amplia, pero desde mi punto de vista desconocida para la sociedad, de forma que este tipo de iniciativas de poder visitar los buques es bastante útil para darnos a conocer y que nos vean como algo necesario para la defensa del país».

Entre sus mejores recuerdos está haber navegado a bordo del Juan Sebastián de Elcano. «Fue una experiencia increíble». 

El alférez de Navío, Álvaro Cordero de la Fuente, hace de guía por el interior del buque Galicia. El mando destacó la importancia de acercar a la sociedad la labor que desempeña la Armada en defensa. «Para nosotros es una suerte que lo puedan ver y a la vez la gente es muy agradecida cuando hace estas visitas».

El alférez recorre desde la cubierta hasta los sótanos del buque, deteniéndose en cada uno de los sectores del buque, al que se refiere como «un barco muy polivalente y útil para prestar ayuda humanitaria». Cordero señaló que el año pasado, cuando ocurrió el terremoto de Turquía, este buque pudo prestar ayuda «porque el resto no podían atracar. Este, al tener la capacidad de proyectar personal con las embarcaciones que lleva a bordo, pudo desembarcar la infantería de Marina para prestar ayuda humanitaria».

El Galicia, que puede albergar a 800 personas, cuenta también con una especia de hospital a bordo con sala de triaje, dos quirófanos, Unidad de Cuidados Intensivos, máquina de rayos X, ecógrafos, y hasta un equipo de telemedicina para compartir información con el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. En su garaje, embarcaciones preparadas, «que son las más rápidas para operar» y espacios para acoger vehículos, que son transportados por cuatro barcazas de desembarco de vehículos, que salen una vez se haya inundado esa parte del barco. 

Hoy levan anclas y continúan su trayecto. El puerto de Ceuta es su siguiente parada. 

Un importante historial de acciones por el mundo

El Galicia comenzó a construirse en 1996 en los astilleros de Ferrol por Navantia y se entregó a la Armada el 29 de abril de 1998. Con una dotación de 187 efectivos, tiene capacidad para transportar 612 infantes de Marina con todos sus medios y vehículos de combate. El buque puede proyectar las tropas en tierra por medios de superficie o aéreos. Cuenta además con una notable capacidad hospitalaria. Su misión principal consiste en llevar a cabo operaciones anfibias, pudiendo desempeñarlas por su versatilidad. A lo largo de su extensa vida operativa, ha participado en un gran número de operaciones internacionales como Líbano (2006), Irak (2003) y Atalanta (4 misiones). Además, ha participado en varias operaciones humanitarias como Haití tras el huracán Mitch en 1998, e Indonesia tras el tsunami de 2005. En los momentos de máxima presión sanitaria prestó apoyo a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Más recientemente, durante el mes de abril, participó en el despliegue Dédalo 24 junto con otras unidades de la Armada y países de la OTAN. | J. A. N.

Suscríbete para seguir leyendo