Danny Blum está comprometido con la UD Las Palmas. Debiera ser una cuestión obvia en alguien que tiene contrato con el club -en su caso, de cesión hasta final de temporada-, sin embargo, en el caso del alemán había dudas en ese sentido -y no se han ido del todo- por su enorme falta de adaptación al equipo.
Tanto es así que la entidad amarilla llegó a plantearse la rescisión del futbolista en este mercado invernal, pero una conversación hace unos días entre el propio Blum y Paco Herrera concluyó en que el extremo, cedido por el Eintracht de Fráncfort, permanecerá en la plantilla y, por tanto, cumplirá con lo pactado el verano pasado. La clave, una promesa del teutón: subirse al barco amarillo.
Ahora está por ver si cumple con lo prometido cuando se recupere de su lesión y pueda volver a jugar -en unas dos o tres semanas-. Precisamente esa rotura en el gemelo izquierdo que se produjo durante el partido frente al Córdoba el pasado 22 de diciembre supuso otro ejemplo más de que Blum tiene la cabeza más en Alemania que en Gran Canaria.
El '4' de la UD solicitó al club realizar la primera parte de su recuperación en Fráncfort bajo la supervisión de los recuperadores del Eintracht, a lo que la entidad accedió para hacerle un favor y evitar agudizar todavía más su depresión. Herrera no entendió muy bien la actitud del alemán de querer recuperarse fuera del entorno del equipo, aunque le ayudó a confirmar lo que ya intuía: que el jugador estaba disperso, lejos de la línea en la que se encontraba el resto de miembros del plantel.
El preparador amarillo, de hecho, lo detectó casi desde su llegada a finales del pasado mes de noviembre. En su primer partido, en el que la UD cayó goleada en Cádiz (4-0), lo sacó en el inicio de la segunda parte y la jornada siguiente lo mandó a la grada. Luego jugó 23 minutos en el descalabro de Lugo (4-2), tras el que por fin tuvo una charla con él.
La 'oferta' del técnico
En la misma, Herrera le comunicó su descontento por la falta de actitud que entendía que demostraba y le abrió la puerta a salir en el mercado de invierno si es que no se encontraba a gusto en la Isla ni en el equipo por una posible falta de adaptación. La reacción de Blum fue rotunda: dio un paso al frente, salió desde el arranque contra el Tenerife y fue el mejor de los amarillos junto a Fidel, lo que le abrió la puerta de la titularidad en Córdoba una semana después.
Sin embargo, el alemán se rompió y surgió un nuevo episodio negativo en su expediente con su propuesta de recuperarse un tiempo en Alemania, donde finalmente estuvo un mes. El futbolista se marchó a su país el 23 de diciembre y no regresó hasta el 22 de enero, cuando se le volvió a ver sobre el césped de El Hornillo.
A su llegada, Herrera le comentó su parecer de la situación y volvió abrirle la posibilidad de intentar romper su contrato de cesión en la UD, pero el jugador prometió su compromiso con Las Palmas hasta el final, por lo que, en cuanto se recupere, intentará recuperar su puesto en la banda izquierda.
Ayer, el extremo trabajó primero en el gimnasio del Parador de El Saler, donde la UD permanecerá concentrada hasta mañana, cuando partirá hacia Tarragona para enfrentarse al Nàstic, y luego saltó al terreno de juego para realizar ejercicios específicos con los recuperadores amarillos. Su vuelta al equipo habrá de esperar. De momento, basta con su palabra.
