El voleibol, el periodismo y la enseñanza, de luto por el fallecimiento de Manuel Palacio

El voleibol, el periodismo y la enseñanza de Gran Canaria están de luto por el fallecimiento de Manuel Palacio Vera el sábado 20 de mayo en el Hospital Doctor Negrín, de la capital grancanaria. Fue colaborador de la sección de Deportes de La Provincia/DLP entre los años 80 y la segunda década de este siglo

Manuel Palacio Vera, en 2005.

Manuel Palacio Vera, en 2005. / LP/DLP

Isidro Quintana

Con apenas 64 años y a escasos meses de su prejubilación, una vertiginosa enfermedad ha dejado profundamente consternados a sus familiares y amigos, a quienes se les hace muy difícil asimilar el inesperado mazazo anímico, igual de injusto que ingrato con un gran profesional que destacó, sobre todo, por su carácter afable y bonachón, predispuesto a ayudar a quien lo necesitara, tanto si lo solicitaba como si no, por lo que colaboró durante décadas como donante de sangre de varios hospitales de la isla. 

Formado en el Colegio Salesianos, primero, y en la Facultad de Magisterio, después, desde muy pronto se unió a la familia del voleibol de la mano del profesor Silvestre Cabrera, quien le metió su amor un deporte en el que sobresalió como jugador -llegó a la Primera División con el Juventud Las Palmas- y en el que también fue árbitro -dirigió en Segunda División-, entrenador y directivo, pero donde también asumió desde la década de los Setenta las labores periodísticas en varios medios, especialmente en La Provincia-Diario de Las Palmas, siendo fiel testigo de las hazañas de equipos como el Guaguas Las Palmas, Vecindario, Hotel Cantur y Olímpico, entre otros, a los que relató gestas tanto en la isla como en el extranjero.

Su labor periodística, en la que hizo un exhaustivo seguimiento a la actividad de los equipos isleños -desde la base a la élite-, fue compartida con la docencia, que inició en el Colegio San Martín de Porres, en su barrio natal de Schamann, y que continuó por el Colegio Garoé -ahora Atlantic School-, y los institutos de enseñanza de secundaria Cruz de Piedra, Tony Gallardo y Carrasco de Figueroa, en los que también destacó tanto como profesionalidad como por su calidad personal, para inocular su amor por el deporte y la salud a numerosas generaciones de jóvenes estudiantes.

También fue un gran protagonista en el nacimiento de varias modalidades deportivas veraniegas en compañía de Isidro Quintana, primero con el voley playa y luego con el fútbol playa, disciplinas en las que colaboró desde la dirección durante una década y media para su promoción por Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, islas que también conocieron su innegable profesionalidad y, sobre todo, su calidad humana.

Palacio siempre presumió ante todos de poseer una genética especial y única gracias a sus padres, Manuel y Amparo, -‘cántabra-canaria’, destacaba- que le permitía superarse ante cualquier adversidad o un objetivo profesional, tareas para las que siempre encontró la complicidad de sus hermanas Chelo y Amparín, y el apoyo de sus cuñados Ángel y Fernando y de sus sobrinos Gustavo, Rubén, Néstor y Marta -fallecida en su niñez-. A todos el más sentido pésame por una pérdida que, además de ser muy grande e injusta, remueve el corazón de todas las personas que le conocieron. Se pierde a un gran profesional pero, sobre todo, a una persona inmejorable.

El velatorio de Manuel Palacio Vera está instalado en el Tanatorio de San Miguel, en Las Palmas de Gran Canaria, donde será incinerado a las 11.30 horas de este lunes, 22 de mayo.