A la caza de la fama estaban ayer varias decenas de personas en el casting de la XI edición de Gran Hermano, que tendrá comienzo en los próximos meses. Así que agárrense la peluca para volver a ver a los personajes más dispares campando a sus anchas en la televisión. Y a los canarios no les faltan ganas.

El porqué general es hacerse famoso. Unos por dinero, otros por simple vanidad. Pero todos con ganas de que se les vea bien la cara, y sus amigos y familiares no sean los únicos que les puedan reconocer reflejados en la pantalla de la caja tonta.

El casting, celebrado durante tres días -hoy incluido- en el hotel Meliá Las Palmas, reunió a gentes venidas de las tres islas de la provincia. Los participantes debían acudir a la cita con una redacción biográfica y varias fotografías suyas, de sus amigos y su entorno. Se trataba de un recorrido cerrado por el hotel que comenzaba con cita previa en la primera planta, donde los susodichos rellenaban un formulario de 30 preguntas sobre sus ambiciones personales o sus defectos. Después, llegaba la segunda fase: la entrevista psicológica y la prueba de cámara.