Desigual atención informativa la que le han dado a Jorge Javier Vázquez por haberle hecho la presentación, a Pedro Sánchez, de su libro ‘Tierra firme’. En ‘Al Rojo Vivo’, ‘A-3 Noticias’ y ‘Telenotícies migdía’, le han ninguneado. En el ‘Telediario’ de TVE-1, en ‘Cuatro al día’ y ‘Todo Es Mentira’, y en ‘Informativos T-5’ han sido más generosos y le han prestado algún minuto.
Hombre, es noticia que el que ha sido durante décadas el presentador estrella de la ‘telebasurilla telecinqüe’ haya conseguido un salto de orbital tan magnífico, instalándose --al menos momentáneamente-- en lo más alto de la escala sociopolítica. Hasta 14 ministros había en esta presentación, apretujados entre una notable masa de selecto público. La atención sobre el ‘showman’ se notaba superlativa. Tanto como sobre el protagonista del libro. Hemos visto que J.J. se ha decolorado el pelo, quizá para imitar aquel ‘estilo algodón’ que estuvo de moda años atrás entre algunos líderes socialistas. Y además tuteó al presidente desde buen principio. ¡Ah! Esta campechanía denota que entre ellos hay muy buen ‘feeling’. J.J. amenizó muy bien la velada, eso es indiscutible. Le dijo al presidente, por ejemplo, que debería ir de concursante a ‘Supervivientes en el Caribe’. Y Sánchez respondió, siguiendo la ironía: "Podríais hacerlo en El Salvador que allí tenemos un mediador". Y el público, como es natural, disfrutaba mucho. A mí me pareció deliciosamente ingenua la advertencia del presidente diciendo que hay cadenas con tertulias "descompensadas", con abundancia de gente de derechas y pocos progresistas. Añadió que eso provoca que «se traspasen líneas rojas». ¡Ahh! Parece que Pedro Sánchez ve poca tele, o si la ve, es de forma selectiva. Para ‘traspaso de lineas rojas’, los muchos años de J.J. ejecutando autopsias en vida y llenando el plató de vísceras y menudillos.
Hace unos días –aquí se lo conté– le dijo Pedro Piqueras a Risto Mejide que jamás había aceptado mantener relaciones personales con políticos. El caso de J.J. es distinto. Es un ‘showman’, y sobre todo un ‘comunicador’, que es ese oficio de moda en el que todo cabe y se estira como un chicle. Lo mismo sales anunciando una marca de melones, que el libro de memorias ‘Tierra firme’. ¡Ah! El roce con el poder genera en el bufón expectativas de cariño. Es una ilusión. La Historia demuestra continuamente este equívoco.
